martes, 5 de octubre de 2010

La Energía en Chile

En los últimos días se ha ido popularizando el concepto de Matriz energética, y con ello hemos comprendido la necesidad de entregarle mas participación a las llamadas Energía Renovables no Convencionales ( ERNC) en esta matriz, ya que vemos como esta matriz se ha ido carbonizando a partir del uso de carbón como un insumo para la generación de energía. Por otra parte recordemos como ha existido una ignorancia nacional respecto de cómo Chile ha enfrentado la producción de Gases de Efecto Invernadero (GEI), ya que estamos liderando su producción en América Latina no obstante estamos en los Frentes Internacionales comprometidos en su disminución.


En la actualidad el Gobierno ha desarrollado la campaña del 20 y 20 , es decir disminuir en un 20 % los GEI y aumentar en un 20 % las ERNC, y para ello ya se han dado los pasos en el desarrollo del uso de la geotérmica. En las mesas de discusión desarrolladas bajo el alero de los 1000 Tambores también se hablo de la matriz energética y la importancia de desarrollar energías alternativas mas sustentables, sin embargo siempre se deja de lado un aspecto que como país siempre no logramos enmendar y esto guarda relación con la concentración de todo y la falta de competencia y diversidad, se concentra el poder en la política, en los medios de comunicación, en el mercado, en la economía, etc. De manera que hay que ser cuidadoso al incentivar el desarrollo de las ERNC ya que este desarrollo debe ir acompañado con la posibilidad que entren al mercado nuevas empresas generadoras de energía para que se desarrolle una sana competencia que finalmente se traduzca en tarifas, que reflejen las ventajas que Chile posee en materia de ERNC y no que el desarrollo de las ERNC ahora pase a manos de las mismas empresas que están en el mercado.

La situación del cobre en Chile es un buen ejemplo de cómo al descuidar la gestión de este recurso vemos como habiendo sido nacionalizado, proyecto que fue aprobado por la unanimidad del Congreso Nacional termina en sus tres cuartas parte de la producción nacional como utilidad y ganancia de empresas extranjeras y no para el país.

No basta solo con impulsar el uso de las ERNC sino que además hay que promover la competencia para evitar los monopolios.