jueves, 16 de junio de 2011

Tremendo Fracaso de la Política de Transporte Público


El año 1996, por Decreto Supremo (Ministerio Secretaría General de la Presidencia de la República, 1996) se declara a la región Metropolitana como “zona saturada para ozono, material particulado respirable, partículas en suspensión y monóxido de carbono, y zona latente para dióxido de nitrógeno”.
Se inicia así la elaboración del Plan Preventivo y  de Descontaminación Atmosférica para la Región Metropolitana (PPDA), este plan aborda las diferentes formas de revertir la situación que aun continua afectando la salud de los habitantes de la Región Metropolitana.
Un de los aspectos que centro la atención fue el sector transporte y el diagnóstico que se realiza sobre el transporte público, concluye que entre los principales problemas del transporte en la ciudad se encuentran “la concentración horaria y espacial de los viajes, y la mala calidad del servicio de transporte público, lo que fomenta la posesión y uso del automóvil particular.

Esta situación se vio claramente reflejada en los altos niveles de congestión, con sus correspondientes externalidades: contaminación del aire, ruido y accidentes”, donde se destaca a la contaminación ambiental como el principal problema.

En la actualidad en conformidad al estudio Efecto de las políticas de transporte sobre el uso de automóviles: Teoría y Evidencia de Ciudades de América Latina” realizados por académicos del Instituto de Sistemas Complejos de Ingeniería de la PUC de Chile se puede concluir el completo fracaso de dicho plan ya que considerando las inversiones realizadas en infraestructura vial urbana orientadas hacia el automóvil y el mal servicio prestados significo que el parque de automóviles aumentara en un 33 %, y en mayor proporción en comunas mas afectadas por el mal servicio de transporte publico, Cerro Navia y Cerrillos aumento en un 49 % y la venta de autos nuevos y usados en un 30% y 10 % respectivamente.

En términos generales todos los objetivos planteados originalmente no solo no se alcanzaron sino que ocurrió un retroceso aumento el número de viajes en automóviles  y el sistema de transporte publico continuo siendo aun mas caro que el sistema antiguo claro que ahora mas dependiente de un sistema de subsidios.

Adelantar la puesta en marcha del Transantiago sin contar la infraestructura necesaria ni la experticia en la implementación de un sistema altamente complejo obviamente persiguió fines de propaganda política ante una elección presidencial venidera, error que en la actualidad ha resultado tremendamente caro y difícil de resolver. El sistema urbano ha mutado y en la actualidad posee un comportamiento distinto.

Resolver los problemas de congestión vehicular, emisión de gases de efectos invernadero, emisiones de ruido por fuentes móviles apunta a disminuir las tasas de viajes, favorecer los viajes no motorizados y desconcentrar los puntos de atracción de viajes. Hoy ocurre todo lo contrario por razones muy alejadas al servicio público.

Estas son una de las razones que explican como cada día la clase política se aleja de los reales interés de la ciudadanía, un peligroso camino que requiere una urgente reformulación constitucional que permita una mayor representación de las autoridades publicas para lograr legitimidad política.