OLCA entregó a
autoridades chilenas y comunidades en zonas de sacrificio, la
sistematización del caso chileno del estudio realizado por IPEN y
publicado la semana pasada, enfatizando la urgencia de medidas como
ratificar el convenio que prohíbe la utilización del mercurio en el
mundo, avanzar en la decidida eliminación del carbón en la matriz
energética, y desarrollar investigación científica en estas
materias para afinar el diagnóstico y actuar antes de que sea
tarde.
A mediados de septiembre se hizo público un
estudio que durante dos años recogió y analizó muestras de cabello
de mujeres en edad fértil de 37 localidades de 25 países en los 5
continentes, en miras a determinar la presencia de mercurio en sus
cuerpos. Más de la mitad de ellas mostró concentraciones superiores
a 0,58 ppm, las que según las últimas investigaciones científicas,
suponen graves riesgos para la vida en gestación. En Chile, la
localidad escogida para la muestra fue el puerto de Huasco, y
coincidentemente con las cifras mundiales, un 53% de la muestra
arrojó concentraciones iguales o mayores a 0,58 PPM de mercurio en
sus cuerpos.
Según el estudio internacional encabezado por la
red IPEN y analizado en laboratorios certificados de Estados Unidos,
los principales responsables de la presencia de esta neurotoxina en
los cuerpos de las mujeres son tres: la minería artesanal del oro
que utiliza mercurio para separar el mineral de la roca, las
emisiones contaminantes de la termocombustión a carbón, y la
ingesta de pescados contaminados por la liberación de mercurio al
mar, fundamentalmente a partir de la evacuación de residuos
industriales a los océanos. Para el caso de Huasco, es evidente la
relación entre el complejo industrial emplazado en el territorio,
donde funciona desde 1978, la planta pelletizadora de hierro de CAP,
y desde 1995 las termoeléctricas Guacolda, ambas utilizan
carbón como combustible, de hecho 14 de las 18 mujeres con 0,58 ppm
o más en su cuerpo, viven o trabajan próximas al complejo
industrial, y una habita cerca de la línea férrea que transporta el
mineral.
Este estudio resulta relevante, pues los gobiernos
sucesivamente han eludido tomar muestras en la población que
permitan dilucidar científicamente cuestiones como el aumento de
casos de enfermedades catastróficas en el territorio, o el aumento
de trastornos de aprendizaje e hiperactividad, y las altísimas
cifras de morbilidad y mortalidad que han motivado el anuncio de
medidas, pero sin establecer responsables claros de sus causas,
de modo de confrontarlas eficazmente. De hecho, la organización SOS
Huasco, contraparte territorial del Estudio, luego de años de
participar en mesas de implementación de medidas de descontaminación
de los que se habla desde el 2010, terminó por retirarse de
dichos espacios pues las medidas propuestas priorizaban hacerse cargo
de los perros vagos por sobre la eliminación de las fuentes
contaminantes reales.
Es por ello que ante los resultados, OLCA
recomienda, en un informe entregado el día de hoy a diversas
autoridades con competencia o interés en esta materia, y a las
comunidades en zonas de sacrificio, primero la urgente ratificación
del convenio de Minamata que Chile firmó en 2013, además de la
necesidad de ampliar la muestra y de realizar estudios desde el
gobierno tanto en Huasco como en otras zonas contaminadas por la
combustión a carbón. Esto permitirá tener cifras oficiales que
demuestren el grado de contaminación en los cuerpos de los
habitantes próximos a las faenas y así tomar todas las medidas
tendientes a frenar los graves impactos a la salud a causa de este
metal pesado, entre ellas, avanzar de manera decidida en la
erradicación del carbón como combustible de la matriz energética
nacional, frenar también la producción y exportación de mercurio
que realiza la megaminería química de oro en nuestro suelo,
posibilitando que este sea luego utilizado en la minería artesanal y
por último realizar periódicamente, como medida de salud
pública, estudios sobre la calidad de nuestros productos
provenientes del mar para asegurar que estén libres de tóxicos.
El estudio será entregado también a diversas
organizaciones socioambientales de distintas localidades, con
especial énfasis en las denominadas zonas de sacrificio, para ser un
insumo incluido dentro de sus estrategias de defensa territorial y
propiciar el intercambio de experiencias y realidades entre los
distintos territorios afectados sistemáticamente por el
extractivismo.
Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales OLCA
Contacto: Lucio Cuenca – OLCA 992402706