sábado, 21 de octubre de 2017

Capítulo chileno de Informe sobre el mercurio en Huasco plantea la urgencia de ratificar el convenio de Minamata


OLCA entregó a autoridades chilenas y comunidades en zonas de sacrificio, la sistematización del caso chileno del estudio realizado por IPEN y publicado la semana pasada, enfatizando la urgencia de medidas como ratificar el convenio que prohíbe la utilización del mercurio en el mundo, avanzar en la decidida eliminación del carbón en la matriz energética, y desarrollar investigación científica en estas materias para afinar el diagnóstico y actuar antes de que sea tarde. 

A mediados de septiembre se hizo público un estudio que durante dos años recogió y analizó muestras de cabello de mujeres en edad fértil de 37 localidades de 25 países en los 5 continentes, en miras a determinar la presencia de mercurio en sus cuerpos. Más de la mitad de ellas mostró concentraciones superiores a 0,58 ppm, las que según las últimas investigaciones científicas,  suponen graves riesgos para la vida en gestación. En Chile, la localidad escogida para la muestra fue el puerto de Huasco, y coincidentemente con las cifras mundiales, un 53% de la muestra arrojó concentraciones iguales o mayores a 0,58 PPM de mercurio en sus cuerpos.

Según el estudio internacional encabezado por la red IPEN y analizado en laboratorios certificados de Estados Unidos, los principales responsables de la presencia de esta neurotoxina en los cuerpos de las mujeres son tres: la minería artesanal del oro que utiliza mercurio para separar el mineral de la roca, las emisiones contaminantes de la termocombustión a carbón, y la ingesta de pescados contaminados por la liberación de mercurio al mar, fundamentalmente a partir de la evacuación de residuos industriales a los océanos. Para el caso de Huasco, es evidente la relación entre el complejo industrial emplazado en el territorio, donde funciona desde 1978, la planta pelletizadora de hierro de CAP,  y desde 1995 las termoeléctricas Guacolda, ambas utilizan carbón como combustible, de hecho 14 de las 18 mujeres con 0,58 ppm o más en su cuerpo, viven o trabajan próximas al complejo industrial, y una habita cerca de la línea férrea que transporta el mineral.

Este estudio resulta relevante, pues los gobiernos sucesivamente han eludido tomar muestras en la población que permitan dilucidar científicamente cuestiones como el aumento de casos de enfermedades catastróficas en el territorio, o el aumento de trastornos de aprendizaje e hiperactividad, y las altísimas cifras de morbilidad y mortalidad que han motivado el anuncio de medidas, pero sin establecer  responsables claros de sus causas, de modo de confrontarlas eficazmente. De hecho, la organización SOS Huasco, contraparte territorial del Estudio, luego de años de participar en mesas de implementación de medidas de descontaminación de los que  se habla desde el 2010, terminó por retirarse de dichos espacios pues las medidas propuestas priorizaban hacerse cargo de los perros vagos por sobre la eliminación de las fuentes contaminantes reales.  

Es por ello que ante los resultados, OLCA recomienda, en un informe entregado el día de hoy a diversas autoridades con competencia o interés en esta materia, y a las comunidades en zonas de sacrificio, primero la urgente ratificación del convenio de Minamata que Chile firmó en 2013, además de la necesidad de ampliar la muestra y de realizar estudios desde el gobierno tanto en Huasco como en otras zonas contaminadas por la combustión a carbón. Esto permitirá tener cifras oficiales que demuestren el grado de contaminación en los cuerpos de los habitantes próximos a las faenas y así tomar todas las medidas tendientes a frenar los graves impactos a la salud a causa de este metal pesado, entre ellas, avanzar de manera decidida en la erradicación del carbón como combustible de la matriz energética nacional, frenar también la producción y exportación de mercurio que realiza la megaminería química de oro en nuestro suelo, posibilitando que este sea luego utilizado en la minería artesanal y por último realizar periódicamente, como medida de salud  pública, estudios sobre la calidad de nuestros productos provenientes del mar para asegurar que estén libres de tóxicos.

El estudio será entregado también a diversas organizaciones socioambientales de distintas localidades, con especial énfasis en las denominadas zonas de sacrificio, para ser un insumo incluido dentro de sus estrategias de defensa territorial y propiciar el intercambio de experiencias y realidades entre los distintos territorios afectados sistemáticamente por el extractivismo.

SOS Huasco
Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales OLCA

Contacto:  Lucio Cuenca – OLCA 992402706