jueves, 20 de enero de 2011

Departamento Medio Ambiente de la Municipalidad de Valparaíso : « Nos falta todavía mucho por crecer”

Aparte de los contenedores de vídrio instalados por la CODEFF, no se ven muchas iniciativas a favor del medio ambiente en Valparaíso. ¿Problema comunicacional o falta de acción?. Si bien existe un departamento de Medio Ambiente en la municipalidad, ¿qué hace?
Por Marion Bastit



Ubicado en una oficina única del tercer piso del edificio municipal en avenida Argentina, el departamento Medio Ambiente, que sólo lleva tres años de existencia, no cuenta con más de diez empleados, bajo las órdenes de Mauricio Morgado, su creador y director. Se dedica casi integralmente al control de las plagas, a través de dos programas, ambos financiados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), cuyos recursos son manejados por el Programa de Recuperación y Desarrollo de Valparaíso (PRDUV), creado en el 2006 para hacer la ciudad digna de su inscripción como patrimonio de la humanidad.

El primero es el control de la población canina, cuyo presupuesto alcanza los 900 millones de pesos y que implicó contratar a nueve clínicas de la ciudad y sus alrededores. Además de la esterilización gratuita de 20.000 perritas, de las cuales ya se operaron más de 11.000. Este cuenta con un trabajo de educación de los propietarios a la tenencia responsable mediante charlas, calendarios, juegos. También existe un servicio de retiro de los perros agresivos y enfermos, así como una campaña de adopción, ya que el canil de Laguna Verde está copado. Lo único que falta, según Ariel Cortez, veterinario del departamento, es una legislación que responsabilize a los propietarios, obligándoles por ejemplo a esterilizar su animal.

El segundo es la desrratización de los micro-basurales, que también se realizó contratando a una empresa privada, Controles Integrados. El departamento luego se concentra en la fiscalización del trabajo realizado por estas empresas.

Pero cuando se pregunta lo que desarrolla el departamento respecto a los transportes urbanos o a las energías renovables, la respuesta es inapelable: “hoy en día todavía no llegan a los municipios todas las competencias ambientales. Podemos fomentar, conversar con las ONG, presentar proyectos de colaboración, pero lo que es más potente es lo que está desarrollando el gobierno, creando nuevas normativas”. Pero es optimista, ya que la reforma de la institucionalidad medioambiental no lleva más de cuatro meses. “Derechamente que estamos en una época en la cual está floreciendo el tema medioamiental, y que esperamos nosotros tener mayores capacidades, mayores recursos humanos y financieros para potenciarlo al nivel del municipio”.

¿Mayores recursos? Según Gabriel Mendoza, encargado de la educación ambiental de la SEREMI del Medio Ambiente de la Quinta Región, “hay muchas cosas que se pueden hacer con muy poca plata”, privilegiando las alianzas estratégicas con empresas privadas. Así, la educación ambiental al nivel regional es financiada por empresas como CODELCO, la misma que está instalando plantas termoeléctricas en la costa. “No vemos ningún contrasentido, son medidas que tienden justamente a mitigar su impacto”, afirma él. O a mejorar su imagén... “Depende de los ojos que quieren ver. Yo no lo veo así”, asegura.

Respecto a la separación de la basura, “en el caso nuestro, no estamos vinculados con este tema”, me contesta Mauricio, destacando que la ley orgánica que impone la creación del departamento no precisa su ubicación en la jerarquía municipal, lo que da lugar a una gran variedad según los municipios. En Valparaíso, el manejo de los residuos pertenece a la dirección de operaciones, donde Sergio Mansilla es coordinador de proyecto de gestión de los residuos sólidos urbanos. Así, se descubre que existe un sístema de recolección de pilas mediante contenedores que el departamento Medio Ambiente instala y retira cuando la comunidad le solicita.

En cuanto al reciclaje del vidrio, es organizado en colaboración con organizaciones como CODEFF y empresas como Cristalerías Toro, que se hacen cargo de todo el labor operativo, mientras el municipio se contenta con dar la autorización para instalar y retirar las campanas. Además, en diciembre del 2010 empezó un nuevo contrato con SODEPA para reciclar papel y cartón, instalándose un contenedor en medio de la avenida Argentina. En marzo próximo, este lugar se transformará en “plaza del reciclaje”, agregándose allá un contenedor para botellas plásticas. Si esta iniciativa se limita a un lugar único de la ciudad, es que reciclar el plástico es mucho menos rentable que el vídrio, ya que siendo muy voluminoso, implica importantes costos de transporte. Así, pocas son las empresas que quieren invertir en el reciclaje, sobre todo cuando la basura porteña es compuesta por más de 60% de residuos orgánicos. Y el municipio tampoco tiene los recursos para implementarlo, gastando un presupuesto ya enorme en el retiro de los residuos, debido a la topografía de la ciudad tanto como a los hábitos de los ciudadanos, acostumbrados a dejar su basura en su puerta y no en un contenedor más lejano.

Para cambiar eso, también se implementan programas de educación ambiental a través de un proceso de certificación ambiental de los colegios. Este año, en colaboración con CONAF se están certificando cinco colegios, y desde marzo del 2011 empezará un proceso mucho más amplio. Se trata de integrar el tema ambiental al nivel programático, pero también de desarrollar aplicaciones concretas dentro del establecimiento, mediante la gestión de los residuos, del recurso hídrico... “Estamos haciendo un trabajo, pero cuyos resultados no se ven de la noche a la mañana”, concluye Sergio 

Para Airepuro  
Marion Bastit