Para evitar que la temperatura del planeta aumente más de de 2 grados celcius, debemos reducir las emisiones en 80%. Aún así, el resultado podría traer efectos catastróficos, pero que por lo menos no harían peligrar a la mayor parte de la población. Es el esfuerzo requerido para un mundo “vivible”.
Cumplir las recomendaciones de la OMS en términos de contaminación atmosférica requiere una reducción de cerca 60 por ciento con respecto a los niveles actuales en la mayoría de las ciudades de Chile. Así podríamos evitar la muerte de alrededor de cinco mil personas al año por contaminación, cifra superior a los fallecidos por accidentes de tránsito en nuestro país. ¿Cuál es el origen de ambos problemas?: la quema de combustibles sucios. Carbón, petróleo diesel, leña.
Para enfrentar estos desafíos no es necesario reinventar la rueda; sino que reinventar el fuego (frase de Amory Lovins, del Rocky Mountain Institute). Eso significa ser capaces de hacer más con menos. Significa privilegiar centrales de ciclo combinado para aprovechar al máximo la energía del combustible y no perder parte de éste en la forma de calor (causa de las críticas justificadas de descargas de aguas calientes en zonas sensibles, como en el caso de Barrancones). Significa derribar las barreras tecnológicas y económicas para aprovechar el calor de las termoeléctricas y que estas provean de agua caliente para calefacción a poblaciones vecinas, evitando así la combustión a leña. Significa diseñar casas con calefacción solar pasiva, aislamiento térmico de calidad, y bombas de calor para entregar energía infinita, de baja calidad termodinámica y poder, de esa forma, guardar los combustibles de alta calidad para files irremplazables (cocción, generación eléctrica, etc). Significa ampliar el sistema de transporte público eléctrico -léase Metro- el único sistema que compite con el automóvil, y que emite casi 200 veces menos CO2 por persona.
Si lo que pretende es reducir las emisiones personales hoy mismo y no en 20 años, la receta es bastante simple: ande en Metro o en bici a la pega. Viva cerca de su trabajo. No use estufa a leña que contamina entre 200 a 1000 veces más que gas natural. No maneje autos diesel (Euro IV diesel es casi 20 veces más contaminante que un auto bencinero). Cambie todas las ampolletas incandescentes de su casa por compactas fluorescentes, e incluso cómprese una LED para probarlas. Verifique que tenga algún tipo de aislamiento térmico. Recicle. Y sin tener que vivir en las cavernas, sin tener que sacrificar calidad de vida, podrá decir yo ya hago lo mío para un aire limpio y un futuro climático digno para mis hijos. No es mal compromiso para este nuevo año.
Gentileza de Marcelo Mena
Foto Claudio Pérez