lunes, 24 de junio de 2013

We Tripantu

"ragiñkülewechi küyen mew, fey wiñotuy tripan antü pige ke fuy"
(Con las fases de la luna se cuenta un recorrido del sol)


Para el pueblo Mapuche y para todos los pueblos indígenas del sur del mundo, el ciclo de las estaciones esta medido por las 13 lunas que configuran un año. Estas estaciones son 4, cada una con su tiempo de duración y su característica propia, haciéndola especial y única para cada necesidad del pueblo; la primera, conocida como Puken (tiempo de lluvias) comienza el 21 de junio y termina el 20 de septiembre dando inicio a Pewû ( tiempo de brotes) la que culmina el 20 de diciembre. El día 21 de diciembre se da comienzo a Walûng (tiempo de abundancia) y el 21 de marzo inicia Rimû (tiempo de descanso) finalizando el 20 de junio.


El inicio de este ciclo lunar es conocido entre los Mapuches bajo el nombre de We-tripantu , llamado también  We Xipantu o Wiñoy Xipantuestá lo que etimológicamente significa “la nueva salida del sol” que es representado con la luna llamada trufken-küyen ( luna gris o luna de cenizas), cuando esta se visualiza comienzan los preparativos para la fiesta-ceremonia. Desde este día el sol avanza desde el Puel-pikumapu (noreste) hacia el Puel-willimapu (sureste)

Ésta es una fecha muy importante para el ancestral pueblo ya que para ellos significa la unión del che (humano) con la madre tierra; este nuevo sol genera una nueva oportunidad de vida tanto para la naturaleza como para el ser humano, brindándole a ambos energías renovadas para comenzar un nuevo ciclo, además de que este fenómeno tiene todo un trasfondo de religiosidad y trascendencia mayormente para las niñas a las cuales se les perfora sus orejas para poder usar aros y se les da el nombre de su abuela, lo que también sucede con los niños que reciben el nombre de su abuelo.

Esta es una celebración familiar y de amistades; todos se reúnen en una ruca la cual tiene una ubicación estratégica, con la puerta en dirección a la salida del sol (puelmapu) para así poder recibir sus primeros rayos de energía y que además contiene en su interior un gran fogón que cobija a todos los invitados a esta ruca anfitriona. El sol debe conectarse con el fogón por lo que su ubicación es completamente estratégica. Los invitados, con anticipación, reúnen yewün (regalos o alimentos) para compartirlos en el misawün (convivencia). La celebración dura toda la noche comenzando con juegos por parte de los hombres mientras las mujeres, niñas, jóvenes y abuelas preparan distintos tipos de alimentos y brebajes, sopaipillas, mote (kako), catuto (múltxún), tortilla (rúgalkof), carne asada (kankan ilo) , muzay y el siempre bienvenido muday (bebida de maíz o trigo) para la ocasión. También se cuentan historias y relatos sobre la cultura Mapuche junto al fogón seguido de música con instrumentes originarios como lo son el trompe, cultrún, trutruka, lonkin, kullkull, entre otros para dar paso a la danza rodeando el fogón o la ruca anfitriona.

Minutos antes de que los primeros rayos de sol aparezcan por el oriente, en el epewun (amanecer), niños, mamas, papas, abuelos, amistades, todos se dan un baño purificador en las aguas de ríos, lagos o vertientes (trayenko) ya que por un fenómeno de la naturaleza éstas, en la noche en que la luna es más grande que en cualquier otra, son más tibia de lo que se pudiera pensar. Este es un acto totalmente místico en donde se botan las malas vibras y todo el espíritu se llena de nuevas energías para recibir este solsticio de invierno en donde tanto la naturaleza como los habitantes de ella comienzan un nuevo ciclo de vida y oportunidades. Además se comparten los alimentos con la naturaleza, dejándola en el lugar donde se bañan. Todo este evento se realiza con rogativas (Llellipun) individuales y agradecimientos por todo lo recibido hasta hoy, se hacen en dirección al oriente, donde habita Ngnechen (el creador). Y todos gritan “akuy we txipantu ka pepatuyiñ we antü”. (“Ha llegado un nuevo año, hemos vuelto a ver el nuevo sol”)

También al alba (Wüñelfe) se realiza otro ritual el que consiste en que los niños, a petición de los adultos, golpean con un palo a aquellos árboles frutales que no dieron frutos éste año que acaba de pasar, para que al botar la sabia si se puedan cosechar el año venidero.
Otra de los rituales que los pueblos originarios acostumbraban realizar en esta fecha es el katan pilun (perforación de las orejas de las niñitas) para poder usar sus primeros chaway (aros) y en esta ocasión es donde se les da entrega de sus primeros ropajes Mapuches a las niñas. Este es todo un ritual en donde la abuela materna le da su nombre a su nieta, acto conocido bajo el nombre de baku o tocaya. También existe el akutun que es donde el abuelo paterno le entrega el nombre a su nieto.

Los Mapuches realizaban hartas ceremonias en las que se buscaba la unión del pueblo como lo es el misawün, aquí 2 personas comen de un mismo palto para así recordar y afiatar su amistad.
Después de realizados todos estos rituales de purificación del alma y de unión entre los pares, cada uno sale a caminar por distintos lugares para así poder hacer una conexión más profunda con la naturaleza y disfrutar junto a ella la nueva oportunidad de vida.
Todo este evento es dirigido pos una machi o lonko (jefe del loft) del lugar para que así la conexión con la naturaleza sea más real y directa puesto que ellos son los que tienen más conocimientos sobre el tema dentro de la tribu.

El We-tripantu era y sigue siendo una de las fechas más importantes para el pueblo Mapuche el que se celebra la noche en donde la luna es más grande que nunca y el frio también que se da entre el 18 y 24 de junio. Pero desde el 24 de junio de 1998 el gobierno lo ha impuesto como el día oficial de la celebración según el Decreto Supremo N° 158 en Santiago, coincidiendo con Día nacional de loa pueblos indígenas de Chile.
Ahora esta celebración es más privada y solo con los familiares y amistades cercanas, además de que se ha bajado su perfil y solo aquellas comunidades Mapuches que siguen comúnmente con sus costumbres, ya que en nuestra cultura occidental es más conocido en esta fecha por la celebración católica de San Juan Bautista, que es la noche del 23 de junio en donde la celebración es mucho menos significativa para la comunidad como lo son el pelar una papa completamente, una a medio pelar y otra sin pelar, dejarlas debajo de la cama y al otro día, al amanecer, se saca una al azahar y dependiendo de cómo sea la papa es cómo será la situación económica para lo que resta del año. También está el mito de tocar guitarra bajo una higuera para que el diablo le enseñe a tocar, matar chanchitos para celebrar a algún hijo que lleve el nombre de Juan o Juanita y así, una serie de actividades sin sentido ni lógica de trasfondo que han llegado a reemplazar todas los rituales anteriormente descritos.

El we-tripantu ya no se celebra como antes porque en el mundo en el que vivimos ya casi ni se sabe de la importancia que tenía esta fecha para nuestros antepasados. Si bien no todos tenemos una ascendencia Mapuche o indígena, todos somos latinoamericanos por lo que de igual manera deberíamos considerar esta fecha y hacerla parte nuestra ya que la lógica con la que se celebraba cada acontecimiento es muy verídica; es perceptible por todos que la luna es más grande en esta fecha, que las temperaturas comienzan a disminuir desde esta fecha y que el clima y la naturaleza cambian. Nuestros antepasados lo consideraban con justa razón ¿por qué razón nosotros no?