
Resulta que hace un par de años los genios económicos en Chile crearon una campaña comunicacional polémica, en donde el gobierno presentaba una crisis irreparable de energía, esto, debido a la escasez de precipitaciones en la mayor parte de país. Lo anterior, genera un gran y único debate para nuestro país, que es el de plantear solo 2 soluciones energéticas para salvaguardar la crisis, y claro, para asegurar el bienestar económico que todos y cada uno de los 15 millones de habitantes nos beneficiaremos (ironía).
Pero mágicamente, porque la tierra aunque quieran no la pueden controlar, se pone a llover y se replantea la necesidad de incorporar al SIC, no solo represas, sino que MEGAREPRESAS, apoyado por un apoyo descriteriado del gobierno, enmascarándolo en cruzadas políticas como lo es la conectividad austral por vía terrestre, desarrollo de la región y del país, en fin, cuentos que muchos de los habitantes de la región patagónica, no se creen.

No basta más que bajarse del avión y ver propaganda dividida sobre el asunto, por un lado Hidroaysén bombardeando de publicidad radial y visual, prometiendo energía barata para la zona haciendo un costo diferenciado a los habitantes del sector y por supuesto, ofreciendo trabajo y capacitaciones para los lugareños, creyendo que con eso, podrán remendar el desastre que provocarán.
Rayados con graffiti se pueden ver por toda la ciudad de Coyhaique con el simple pero potente mensaje “NO A LA REPRESAS”, con una oficina de Hidroaysén ubicada paradójicamente frente a la CONAMA de la región.
Pero la historia tiene 2 caras, por otro lado se encuentra la coalición, PATAGONIA SIN REPRESAS, que es la consigna que han logrado inculcar en la mayoría de la gente en la zona, un trabajo tan fino con publicidad en los principales medios de comunicación chilena y extranjera, con reportajes en el New York Time, incluyendo a parte de la familia Kennedy en USA y varios famosos chilenos que de una u otra forma apoyan la causa.
La mayor victoria que es visible para la gente ocurrió a mediados de noviembre, cuando lograron
PATAGONIA SIN REPRESAS es un grito que nos involucra a todos, los lugareños están concientes que ellos no pueden sacrificar su paisaje (que en realidad es de todos) en “beneficio” de un progreso sin pies ni cabeza, los patagones no están dispuestos a que por sus patios pase una cicatriz enorme, la más larga del mundo en pos de las mineras del norte, y porque saben, que ésta no es la única alternativa que existe para el tan famoso progreso en vías de desarrollo de nuestro país.
Desde el lugar de los hechos, escribe para ustedes
Diego Velásquez
El Managuaro