jueves, 28 de abril de 2011

El mercado local en Valparaíso

Por Jana Siimes


Entrar en Andabolla, una bodega típica y característica de Valparaíso, situada en la calle Chacabuco; es como viajar en el tiempo. El sonido de la calle se aleja un poco y los olores de los diferentes productos se presentan; el orégano, el comino y otros aliños dominan. La vendedora usa una maquina para el efectivo donde se han usado tanto los botones que casi no se puede leer las cifras. El vendedor cuenta como era antes y como funcionaba el comercio en la calle Chacabuco.  
Esta calle eran puras bodegas. Puras bodegas que entregaron a los pequeños comerciantes del cerro.
 Entre los anos 1985-1995 cambio el sistema de comercio para las bodegas. El cuenta como paso el cambio;
 Cambio el sistema en como se distribuía la mercadería. La mercadería antes llegaba más directo, con camiones y venia directo del productor.
 Los cambios afectaron a los pequeños negociantes cuales tenían que pagar más por el producto pero venderlo al precio de siempre. Casi todas las bodegas han ido desapareciendo de la calle; finaliza el vendedor.
 El cambio de mercadería que hubo para los pequeños negociantes de Chacabuco y el resto de Valparaíso se formo debido al crecimiento de los grandes supermercados. Las distribuidoras y los supermercados compraron los productores y eso bajo las ventas de los comerciantes que trabajaban de forma antigua.
 Y los supermercados lograron éxito con su forma de trabajar. Hoy en día existen supermercados en prácticamente toda la ciudad. El supermercado Líder es uno de ellos. En el Líder de Bellavista me encuentro con Raúl Soto; que trabaja como cajero en la empresa.
La aparición de estos supermercados fue haciendo desaparecer estas bodegas, estos negocios familiares por la imposibilidad de compartir contra estos precios. Porque tomamos en cuenta que a un proveedor que le compro 100 me va ofrecer mucho mejor precio si les compro mil o dos mil. Entonces la competencia que se generaba entre un monstruomercado y una bodega de barrio era muy desigual.
  ¿De donde viene el concepto supermercado? Raúl Soto cuenta la historia como la empresa Líder llego al país, la cual no es una empresa Chilena, sino parte de una corporación multinacional llamado Walmart.
 A la luz publica sale hace poco, pero es un proyecto que se venia pensando creo unos veinte años atrás cuando los hermanos Wayne, los dueños de Deasy, viajaron a estados unidos para ver como funciona el mercado y pusieron sus ojos en Walmart.
Walmart es una de las empresas más grandes a nivel mundial con características de un monstruo insigne del capitalismo, que genera recursos a partir de la reducción de los costos. Hay un documental muy bueno llamado” el alto costo de los precios bajos” y habla toda la realidad como funciona Walmart y como genera esa grande suma de dinero.
 Una de las claves de la ganancia de los supermercados es trabajar con un sistema retail. ¿Que significa eso?
 Es vender muchos productos al detalle con un bajo margen de ganancia, por ejemplo yo compro a 100 y vendo a 110, son 10 pesos. Pero vendo mil de esos. Es la venta del detalle pero a mucha gente.
 Para el productor el sistema de ganancia también se cambia cuando los clientes ya no son pequeños negociantes, sino grandes multinacionales. Raúl Soto dice que hace unos años atrás no era raro ver a extranjeros negociar directamente con los campesinos del zona interior. Pero los contratos muchas veces son inseguros para el productor que además lidia con sus malas condiciones laborales. Las empresas juegan de manera injusta con su poder económico y muchas veces pasan escenarios como lo siguiente:
 Yo te compro toda la producción de este año y el próximo, dice la empresa. El campesino veía una facilidad enorme de no tener que ir a negociar y competir por vender sus productos. Al tercera año, cuando ya había vencido el contrato, decían ”yo te lo voy a comprar toda la producción de este año pero a la mitad del precio de te compre antes”. Y el negociante dice al campesino;”tu ya no sabes vender”. ”Yo soy tu único cliente”. ”Me lo vendes con el 50 % o no te lo compro y te quedas con toda tu producción”.
 El concepto supermercado no solamente trae productos de un mercado injusto. Su ética como empresarios también afecta a los propios consumidores. Con las facilidades de la tarjeta de crédito más gente compra sus productos en el supermercado. Las empresas plantean la comodidad de esta pero existen grandes desventajas utilizándola; muchas personas se endeudan debido al crédito y se obligan a seguir comprando en el mismo supermercado. Eso dice Rodrigo Castillo, uno de los vendedores independientes del mercado de Valparaíso.
Las famosas tarjetas, el dinero plástico que lo llamamos nosotros, tiene inmersa a la gente en un circulo vicioso. El tipo trabaja 30 días y le pagan su sueldo, y aparte esas tarjetas, y queda sin efectivo. Entonces si quieres algo tienes que por obligación irte al supermercado. Y eso conlleva que pagas más interés, pago un sobreprecio porque el precio comparado con lo nuestro es supercaro. Entonces tu te engañas a ti mismo porque pasas la tarjeta y compras, no te fijas en el precio.
 Rodrigo Castillo opina que hoy en día la gente tiene un ritmo de vida demasiado rápida, donde a mucha gente le falta tiempo a ir al mercado a comprar.
 Y talvez el hecho de comprar en un supermercado o en una feria es una cuestión de clase social y afinidad. Tener los recursos de poder entrar y comprar un producto en un supermercado caro es un símbolo de status. La admiración al sistema económico norteamericano hace que la feria no se vea atractiva. La gente dice que existe una estigmatización de las ferias; que son sucios con productos de baja calidad.
 En otro puesto al lado del mercado me encuentro con un vendedor con su compañero. El crecimiento de los supermercados no le ha afectado mucho su negocio. Tienen a sus clientes habituales, y dicen que es la gente de los cerros que compren en el mercado. Su compañero explica como funciona:
 Al negocio llega la gente del pueblo, del cerro. El lleva aquí como 20-30 anos y no le afecta en gran medida los supermercados, además son muy caros. Aquí tenemos mejores precios.
 En el mercado también me encuentro con Verónica vendiendo frutas. Para ella es muy importante la relación con los clientes. De hecho existen personas que no compran si no esta Verónica atendiendo. Un servicio como ese no se encuentra en un supermercado.
 No se van de aquí, me esperan y les gusta que yo les atienda. Me dicen que yo tengo una manera de atender. También tengo clientes habituales, los que me compran todas las semanas, vienen acá y dejan sus listas de compras.
 Aunque los supermercados te ofrecen un servicio durante toda la semana, ofertas y precios bajos; existen otras cosas de valór para el consumidor. Parece que el mercado de Valparaíso sigue vivo y que en general no les han afectado a los vendedores la existencia de los supermercados. La gente del pueblo no va a parar de comprar sus productos de su vendedor favorito.
 De aspecto económico y social la feria y los mercados locales son una buena opción. ¿Pero si investigamos aun más allá? Como se enfrentan al aspecto medioambiental de los productos; ¿se puede hablar de mercadería orgánica, productos locales y una seguridad alimenticia?
Una gran parte de nuestros productos que diariamente consumimos vienen de otros regiones y países; lo cual hace perder energía y agua y utilizando transporte contaminante. Es difícil encontrar el origen de los productos del supermercado como del mercado. Muchas de las veces son productos de cultivo químico; donde el campesino usa pesticidas y fertilizantes, cultivados en tierra lejanas y con malos contratos laborales.
 Con la agricultura química no se respetan a los estaciones de la fruta. Eso dice Andrea Godoy, dueña del” mercadito orgánico” que todos los sábados a mediodía se presenta al lado del restaurante El Desayunador en Cerro Alegre. La encuentro en el colegio Waldorf de Limache, y nos sentamos a hablar en la mitad de un círculo de plantas. Ella explica la complicidad de los estaciones de las plantas:
 Si tú en la tierra por ejemplo plantas tomate en verano, en invierno tú tienes que plantar otra especie que le devuelva la tierra lo que la planta le quita.
 En el mercadito orgánico todas las semanas se encuentran diferentes productos, según los ciclos naturales de cada planta.
 Teniendo verduras de temporada significa que las verduras siempre van a estar en su mejor punto de maduración con todas las vitaminas, las proteínas y la fuerza vital acorde de la estación del año.
 Los productos de Andrea también pueden clasificarse como comercio justo; ¿que significa eso?
 Aquí quien mas gana es el agricultor. El precio que se paga el agricultor por su verdura es lo mas alto. A diferencia del mercado en la feria o en el supermercado donde el agricultor es el quien menos gana. Los que ganan son los intermediarios.
 Andrea nos sigue contando sobre la realidad de los trabajadores de la cosecha y que efectos tienen los productos tratados con pesticidas en los cuerpos de los consumidores.
 Son noticias que se ocultan pero existe mucho daño, sobre todo la gente que trabaja en la cosecha porque no se respeta los tiempos de la tensión del veneno. Entones la gente se enferma y son venenos tan grandes que acá en Chile se aceptan pero que en la Unión Europea están prohibidos. Quedan latentes en el cuerpo y provocan por ejemplo malformaciones en los fetos y abortos.
 El trabajo que hace Andrea Godoy es un excelente ejemplo de como tomar otro este camino y de cómo enfrentarse al poder alimenticia de las grandes multinacionales.
 Raúl Soto, trabajador en el Líder de Bellavista, finaliza la entrevista diciendo que talvez en un futuro podría existir una expansión de los supermercados hacia los cerros de Valparaíso.
 A nivel económico yo creo que estos grandes y poderosos monstruos de retail: las farmacias, tiendas de ropa, las multitiendas van a continuar expandiendo sus terrenos. Van a empezar a crear tiendas en los cerros. Intentan generar necesidades a la gente, cosas que antes no se sentían muy necesarias” – Podríamos tener un supermercado acá en la esquina de la casa”. ¿Y que va a producir? Mayor dependencia de la gente para estos gigantes, mayor dependencia económica por el tema laboral y va a producir una disminución de los negocios familiares y independientes.
 El poder económico de los supermercados influye mucho en estos tipos de expansiones. Raúl dice que hay que tomar otras opciones, crear negocios independientes y favorecer esos ante los otros.
 Depende también como el estado ponga límites a estas empresas. Si de la mano de este freno, que se debiese poner a esta industria, se crean instancias de participación y educación de como podemos nosotros mismos no depender de estos grandes mercados, va a ser un avance muy positivo.