Grupo ETC
Boletín de prensa
Jueves, 15 de Noviembre 2012
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Los gigantes de los
agronegocios Monsanto, DuPont y Dow, están conspirando para realizar
uno de los mayores golpes de la historia contra un cultivo
alimentario de importancia global. En las próximas dos semanas, el
gobierno saliente de Felipe Calderón podría aprobar las solicitudes
de esas empresas para plantar un área enorme de maíz transgénico
en México. Este “regalo de despedida” para las empresas sería
una puñalada en el corazón del centro de origen y diversidad del
maíz. Las consecuencias serán graves –y globales. Ante la
aprobación en ciernes, los movimientos y organizaciones de la
sociedad civil exigen que se ponga un alto total al maíz transgénico
en México.
La Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad
(UCCS) de México, emitió una fuerte declaración demandando al
gobierno revocar todos los permisos de siembra y cancelar todas las
siembras experimentales de maíz transgénico en el país.[1] El
Grupo ETC se suma a estas demandas y llama a la FAO (Organización de
Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) y al CDB
(Convenio de Naciones Unidas sobre Diversidad Biológica), como los
organismos mandatados por la comunidad internacional para apoyar la
seguridad alimentaria y proteger la diversidad biológica, a tomar
acción inmediata para evitar el desastre.
La indignación y el
estado de emergencia recorre la sociedad mexicana luego de conocer
que las dos empresas semilleras más grandes del mundo, Monsanto y
DuPont –(cuya filial mexicana se conoce como Pioneer Hi-Bred o PHI
México), así como Dow Agrosciences (8ª empresa semillera en el
ranking global) solicitaron al gobierno plantar cerca de 2 millones
500 mil hectáreas de maíz transgénico en México.[2] El área
solicitada es tan grande que rebasa la superficie de países enteros:
por ejemplo es más grande que todo El Salvador. Los científicos han
identificado miles de variedades campesinas originadas en México, lo
que lo convierte en el repositorio global de la diversidad genética
del maíz. Si se aprobaran estas solicitudes de las trasnacionales,
sería la primera liberación masiva y a escala comercial de
transgénicos que afectará directamente un cultivo alimentario
global en su centro de origen.
“Si el gobierno de
México permite este crimen de significado histórico, los
transgénicos llegarán rápidamente a las tortillas y a la comida
cotidiana de toda la población mexicana ya que el maíz de los
estados solicitados provee mayoritariamente a las ciudades. Además,
la contaminación genética de las variedades campesinas será
inevitable. Se trata de un daño gravísimo a más de 7000 años de
trabajo indígena y campesino que creó el maíz –uno de los tres
cultivos más difundidos de la alimentación mundial” dijo Verónica
Villa del Grupo ETC en México. “Por si fuera poco, las empresas
quieren plantar el maíz tolerante a herbicidas de Monsanto [Mon603]
en más de 1,400,000 hectáreas. Este es el mismo tipo de maíz que
ha producido cáncer en ratas según un estudio científico revisado
y publicado recientemente.”[3]
Los campesinos y
población rural de América Latina, de Asia y África estarán entre
los más afectados, ya que el maíz se ha convertido en una de las
principales fuentes de subsistencia en muchos países, y la
diversidad del grano es lo que permite adaptarlo a condiciones
locales y enfrentar los desafíos del cambio climático. Además de
México, los países surafricanos Lesotho, Zambia y Malawi tienen el
porcentaje de consumo de maíz per cápita más alto del mundo.[4]
El gobierno mexicano
insiste en que las áreas solicitadas en el Norte de México, no son
parte del “centro de origen” del maíz, porque no han encontrado
variedades campesinas allí. Pero esto no es verdad, se han
recolectado variedades campesinas en esos estados, aunque en menor
cantidad que en estados más al Sur. Varios científicos y hasta la
propia Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la
Biodiversidad (Conabio) estima que todo el territorio mexicano debe
ser considerado centro de origen del maíz.[5] Según un informe
nuevo del Centro de Estudios para el Cambio en el Campo Mexicano
(Ceccam), el mapa de centros de origen publicado recientemente por el
gobierno no es científicamente correcto y fue diseñado para
justificar las plantaciones de maíz transgénico de las
transnacionales.[6]
Las plantaciones a escala
comercial (y las siguientes resiembras) de maíz transgénico
contaminarán las variedades campesinas mucho más allá del área de
plante, tanto a través del polen transgénico llevado por el viento
e insectos, como por la mezcla en los silos y el escape accidental de
los camiones de transporte a granel que llevan maíz a todas partes
de México. Los científicos de la UCCS y otros señalan que los
impactos negativos de la contaminación transgénica sobre las
variedades campesinas “podrían ser irreversibles y progresivos,
debido a la acumulación paulatina de transgenes en este
germoplasma”, llevando a una erosión de la biodiversidad.[7]
Cientos de agrónomos y
otros científicos mexicanos, así como organizaciones de campesinos,
agricultores y consumidores, han expresado su oposición a la siembra
de transgénicos, pero la administración de Felipe Calderón, que
terminará este primero de diciembre, no tiene nada que perder en su
recta final y se espera que acceda a las solicitudes de las empresas.
Si se autorizan las
siembras, los agricultores del maíz podrían encontrarse “violando”
las patentes sobre maíz transgénico sin saberlo, es decir, sus
parcelas podrían contaminarse inadvertidamente y Monsanto podrá
acusarlos de “usar genes patentados” sin pagar por ellos,
obligándolos a compensar a los dueños de las patentes, como ya ha
ocurrido en cientos de casos en Estados Unidos y Canadá.
“Sería una injusticia
monumental para los creadores del maíz, —uno de los alimentos
primordiales de la humanidad— que les obligaran a pagar regalías a
corporaciones trasnacionales, que son explotadoras de ese
conocimiento ancestral”, dijo Silvia Ribeiro, directora para
América Latina del Grupo ETC.
En 1999, la Comisión
Nacional de Bioseguridad Agrícola de México estableció una
moratoria sobre las pruebas de maíz y su siembra comercial debido a
la situación única de México como centro de origen y diversidad
genética del maíz. El gobierno de Calderón rompió arbitrariamente
la moratoria en 2009 aunque las condiciones que la motivaron
prevalecen. Desde entonces la nueva comisión (CIBIOGEM) ha
autorizado 177 pruebas de maíz transgénico a cuatro empresas
trasnacionales (Dow Agrosciences, DuPont, Monsanto y Syngenta). Las
pruebas en campo han sido criticadas por su falta de rigor en
bioseguridad, pues ni siquiera cumplen con lo estipulado por la débil
ley de bioseguridad de México.
Silvia Ribeiro argumenta:
“Las consultas públicas han sido una farsa, puesto que las pruebas
fueron autorizadas sin tomar en cuenta las críticas fundamentadas,
incluso aunque representaran la mayoría de los comentarios enviados.
Muchas de las críticas y comentarios las hicieron conocidos
agrónomos y otros científicos. Como si no bastara, los resultados
de las pruebas se han mantenido en secreto, pero se usan como
justificación para permitir la siembra comercial.”
DESPUÉS de su visita
oficial a México en 2011, el Relator Especial de Naciones Unidas
para el Derecho a la Alimentación, Olivier de Schutter, recomendó
al gobierno mexicano reinstalar la moratoria, tanto por su impacto
sobre la biodiversidad como sobre los Derechos de los
Agricultores.[8] El gobierno mexicano ignoró la recomendación.
Ana de Ita del ceccam
señala que el área para la cual se solicitaron permisos en los
estados de Sinaloa y Tamaulipas, en el norte de México, excede la
superficie actualmente sembrada con maíz de riego. “Al parecer las
compañías están planeando usar toda el área destinada al maíz y
a otros cultivos. Esto es ofensivo, no hay razón para que México
arriesgue su historia y su biodiversidad con el maíz transgénico.
México produce maíz suficiente para cubrir las necesidades de todo
el consumo humano, con excedentes, y podría producir mucho más si
hubiera apoyo a los campesinos y productores de pequeña escala, sin
entregar su soberanía alimentaria a las compañías trasnacionales.”
El maíz es central a las
culturas, las economías y el sustento de la población mexicana,
pues la mayoría se alimenta de maíz en diferentes formas todos los
días. La cantidad que los mexicanos ingieren excede con mucho el
promedio de consumo individual de la mayoría de los demás países
(en México, 115 kilos por persona por año). 85% de los productores
mexicanos de maíz son campesinos y agricultores en pequeña escala,
con parcelas menores a 5 hectáreas. Esos productores proveen más de
la mitad de la alimentación de la población, especialmente la
alimentación de los pobres. Al mismo tiempo, cuidan la diversidad
genética del cultivo y la enriquecen debido a la forma
descentralizada en la que siembran el maíz —cultivando muchas
variedades diferentes, adaptándolas a las condiciones locales y
junto con varios otros cultivos y especies silvestres.
En 2009, la Red en
Defensa del Maíz,[9] junto con La Vía Campesina América del Norte
enviaron una carta abierta firmada por cientos de organizaciones e
individuos a la FAO y al CDB, pidiéndoles que tomaran acciones para
evitar la contaminación de maíz transgénico en México, su centro
de origen.[10] Los entonces directores de ambas organizaciones
internacionales soslayaron la petición, aunque ambas instituciones
tienen el mandato de proteger los centros de origen y diversidad de
los cultivos. [11] Ahora, exigimos a los nuevos directores de la FAO
y del CDB a tomar acciones inmediatas para proteger el centro de
origen y diversidad del maíz.
Por más información:
Silvia Ribeiro, Directora
para América Latina del Grupo ETC, silvia@etcgroup.org
Verónica Villa, Grupo
ETC México, veronica@etcgroup.org
Tel: (+52) 55 63 2664
Ana de Ita, CECCAM,
anadeita@ceccam.org.mx
Tel: (+52) 56 61 53 98
Pat Mooney, Director del
Grupo ETC, mooney@etcgroup.org
Tel: 1-613-241-2267
Red en Defensa del Maíz:
http://redendefensadelmaiz.net/
Centro de Estudios para
el Cambio en el Campo Mexicano, ceccam: http://www.ceccam.org/
[1] UCCS, Llamado a la
acción contra la siembra de maíz transgénico a campo abierto en
México http://www.uccs.mx/doc/g/planting-gmo-corn_es
[2] La lista de las
solicitudes de experimentos y liberación al ambiente de cultivos
transgénicos está aquí: http://www.senasica.gob.mx/?id=4443. (PHI
México es parte de DuPont)
[3] Gilles-Eric Séralini
et al., “Long term toxicity of a Roundup herbicide and a
Roundup-tolerant genetically modified maize,” en Food and Chemical
Toxicology, Volumen 50, Número 11, Noviembre 2012, pp. 4221–4231.
Ver también John Vidal, “Study linking GM maize to cancer must be
taken seriously by regulators,” The Guardian, 28 septiembre 2012,
disponible en línea:
http://www.guardian.co.uk/environment/2012/sep/28/study-gm-maize-cancer.
En castellano: Silvia
Ribeiro, “Caza de Ratas”, La Jornada, México, 6/10/12,
http://www.jornada.unam.mx/2012/10/06/opinion/024a1eco
[4] Alfred W. Crosby,
revisión de James C. McCann, Maize and Grace: Africa’s Encounter
with a New World Crop, 1500-2000 en Technology and Culture, Vol. 47,
No. 1, Enero 2006, pp. 190-191.
[5] A. Serratos, El
origen y la diversidad del maíz en el continente Americano, 2nd
edición, Septiembre 2012, Universidad Autónoma de la Ciudad de
México y Greenpeace, disponible en línea:
http://www.greenpeace.org/mexico/es/Footer/Descargas/reports/Agricultura-sustentable-y-transgenicos/El-origen-y-la-diversidad-del-maiz-2a-edicion/
Conabio: Proyecto Centros
de Origen y Diversidad Genética.
http://www.biodiversidad.gob.mx/genes/centrosOrigen/centrosOrig.html
[6] Ceccam, La
determinación de los centros de origen y diversidad genética del
maíz, Mexico, 2012, available online:
http://www.ceccam.org/publicaciones?page=1
[7] UCCS, Extrañamiento
al Presidente de la República Mexicana, México, 2009, disponible en
línea: http://www.unionccs.net/doc/g/sciencetrmaize_es
[8] Olivier de Schutter,
Informe de su Misión a México, párrafos 53, 54 y 55. Ver párrafo
“g” de las Conclusiones y Recomendaciones.
http://www.srfood.org/index.php/en/country-missions
(Ver Mission to Mexico, 2011)
[9] La Red en Defensa del
Maíz incluye a más de 1000 comunidades indígenas y organizaciones
de la sociedad civil. Se creó en 2001, cuando se descubrió por vez
primera que el maíz nativo en México se había contaminado con maíz
transgénico. Desde entonces la Red ha resistido el avance del maíz
transgénico. Tanto el Grupo ETC como el CECCAM son miembros de la
Red (http//:endefensadelmaiz.org)
[10] La carta puede verse
en línea:
http://www.etcgroup.org/es/content/carta-de-la-red-en-defensa-del-maíz-contra-la-liberación-de-maíz-transgénico-en-méxico
[11] El anterior
Secretario General del CDB, Ahmed Djoghlaf no respondió a la carta
abierta. El director general de la FAO tampoco lo hizo, pero Shivaji
Pandey, Director de la División de Producción y Protección Vegetal
sí lo hizo. Pandey, un abogado conocido por su posición a favor de
los cultivos genéticamente modificados, escribió que la FAO podría
ofrecer asesoramiento, pero que la bioseguridad era una cuestión de
México.