Campaña
Yo No Quiero Transgénicos en Chile, Declaración
Pública
El retiro de la
ley Monsanto de privatización de la semilla campesina por el gobierno,
significa un doble triunfo ciudadano: Chile continuará sin adherir al convenio UPOV 91 y las organizaciones
opositoras al proyecto trabajaremos por
nuestra propuesta alternativa, que busca fortalecer la producción
agroecológica y la agricultura familiar campesina.
Yo No Quiero
Transgénicos en Chile, Exige vivir sano
El amplio movimiento
generado en el campo y la ciudad contra la Ley Monsanto y en defensa de
semillas libres de patentes, transgénicos y plaguicidas, forzó a la Presidenta
Bachelet y su coalición de gobierno a anunciar el 17 de marzo el retiro de este
proyecto, enviado al parlamento en 2009
por la propia presidenta.
La iniciativa
(Ley de Obtentores Vegetales), combatida
entre otros por la Campaña Yo No Quiero Transgénicos en Chile, RAP-Chile,
ANAMURI, y diversas organizaciones y personas,
entregaba a transnacionales como Monsanto, Syngenta, Pioneer/Dupont y
Bayer, productoras de semillas híbridas y transgénicas , amplias garantías a
costa de los derechos de los campesinos y campesinas y del patrimonio genético
del país. Masivas movilizaciones en ciudades y localidades, intercambios de
semillas, y un inédito y creativo bombardeo virtual de redes sociales con
listas “verdes y rojas” de parlamentarios; velatones, ferias orgánicas, foros
ciudadanos, e intervenciones en las
sesiones de la comisión de agricultura de ambas cámaras, estuvieron entre las
actividades desplegadas. Agradecemos y valoramos todas y cada una de estas
expresiones del amor de nuestra gente por la semilla y por los alimentos sanos.
La ex senadora
Ximena Rincón, actual ministra secretaria
general de gobierno, encabezó en el Senado la oposición a este proyecto de ley.
A medida que los ciudadanos comenzamos a ejercer vigilancia sobre la postura de
los senadores, una mayoría de legisladores se informó y se unió a quienes se opusieron tempranamente a la ley, como
Rincón y los senadores José Antonio
Gómez, Alejandro Navarro, Jorge Pizarro y Jaime Quintana. En 2013 Michelle Bachelet, interpelada por
Tierra Nueva en Limache y en Temuco por la Red de Semillas Libres del Wallmapu, reconoció que la iniciativa impactaba
negativamente en la soberanía alimentaria y la biodiversidad; y en sus
regiones, los senadores Eugenio Tuma y Juan Pablo Letelier se manifestaron contra la Ley Monsanto.
La
defensa de la semilla
Las guardadoras
de semillas, productores como BioBio Orgánico, las mujeres campesinas e
indígenas, los agricultores biodinámicos, junto a organizaciones
socio-ambientales y consumidores interesados en optar por alimentos sanos y
seguros, formaron el corazón del
movimiento de defensa de la semilla. Partimos hace seis años en un contexto de generalizada
desinformación sobre los riesgos planteados por esta iniciativa, y sobre el rol monopólico de la transnacional
Monsanto que desarrollaba un intenso pero secreto lobby por
el convenio UPOV 91. Ese convenio no nació al alero de Naciones Unidas, es un
convenio ideado por privados, obtentores con respaldo de gobiernos de diversos
países del mundo y se actualiza periódicamente para generar mayores ganancias a
estas empresas. Hicimos ver que varios de los países que registran sus semillas
híbridas en Chile, tales como Nueva Zelanda y Holanda no están adscritos al
UPOV 91 y tampoco lo están países que valoran altamente su patrimonio genético
como Brasil, Perú y China, por lo que es innecesario firmar la actualización
del año 1991 (UPOV 91) de ese convenio.
En los últimos
años se redescubrió en Chile y en el
mundo el valor de la agricultura familiar campesina, y de la agroecología como
alternativas reales para enfrentar problemas como el cambio climático, y la
necesidad de contar con más y mejores alimentos para la población. Agua, tierra
y semillas son componentes esenciales para lograr la soberanía alimentaria,
objetivo perseguido por la campaña YNQT en Chile, entendido como el derecho de
todos y todas a decidir libremente sobre los alimentos que cultivemos,
compremos y cocinemos, tomando en cuenta nuestra cultura tradicional y sin que
esto quede en manos de las transnacionales que monopolizan el comercio de la
semilla.
Nuestra
propuesta de Ley de Semillas
Una nueva Ley de Semillas que remplace al proyecto
que logramos abortar, y que nos permita avanzar hacia la soberanía alimentaria,
debe incorporar entre sus contenidos el
establecimiento de programas de producción y distribución de
semillas campesinas locales, y la no
interferencia en los intercambios de
semillas entre comunidades y organizaciones, permitiendo la comercialización de
semillas locales y reconociendo el rol y autonomía de las comunidades locales en
la recuperación de semillas tradicionales para el campo y los huertos urbanos.
Nuestras
propuestas irán además en el sentido de apoyar la moratoria a los
cultivos transgénicos como forma de protección de la biodiversidad y del
etiquetado de los alimentos con transgénicos, que consagra el derecho de los
consumidores a optar por alimentos sanos. Nos proponemos también lograr eliminar del registro de SAG los
plaguicidas altamente peligrosos (PAP) y dañinos para las abejas, y apoyar en cada Región de Chile la creación de ferias locales y
poderes de compra de los organismos del Estado, tales como hospitales y
escuelas, para permitir el
abastecimiento de la población con alimentos agroecológicos producidos en forma
sana y sin agrotóxicos.
Celebramos el retiro de esta Ley uniéndonos a las movilizaciones que
se desarrollarán el sábado 22 de
marzo Día Mundial del Agua en el país, camino
a la marcha del 26 de Abril en Santiago, porque para ejercer la soberanía
alimentaria tenemos que recuperar el
derecho al agua, la tierra y la semilla.
Ya atajamos la Ley Monsanto y el Convenio UPOV 91.
¡Ahora vamos por la recuperación del agua para ejercer la soberanía
alimentaria!

Contactos: Santiago, Lucía Sepúlveda, RAP-Chile 900 23729
Valparaíso: Joel
González, Tierra Nueva 81387117
Región del
BioBio: Guillermo Riveros, BioBio
Orgánico 98283257