martes, 15 de febrero de 2011

Programa de Control de los Microbasurales : “recuperar el espacio público para que no se vuelva a ensuciar”


El Programa de Control de los Microbasurales, desarrollado por la CONAF en el marco del Plan de Recuperación y Desarrollo Urbano de Valparaíso (PRDUV), es sobre todo un programa de empleo, en el cual personas cesantes reciben el sueldo mínimo para limpiar los microbasurales de sus propios barrios. Mientras el programa inicial era de dos años, con el cambio de gobierno le quitaron recursos a beneficio de la creación de un liceo de excelencia, y se va a acabar en marzo, con sólo 200 personas contratadas en vez de las 500 previstas inicialmente. “Son muchos los lugares que dejamos de limpiar por eso, y qué malo que no se tome el verdadero peso a este programa, porque es un problema real de la ciudad”, denuncia Cristián Palma, colaborador del programa.


No se trata sólo de limpiar el espacio, sino de recuperar para transformar en un lugar de convivencia para la comunidad, a fin que no se vuelva a ensuciar. El éxito del proceso depende sobre todo de la fuerza de las organizaciones sociales, subraya Cristián. Así, en Montedónico, en lugar del micro-basural se hizo una plaza con sillones de cemento, decorada con los mosaicos de los alumnos del colegio... “Ahí han llegado hasta turistas”, destaca Rosa, de la cuadrilla de limpieza de Playa Ancha. En la población Joaquín Edwards Bello, donde operan por segunda vez, los niños del jardín han ayudado la cuadrilla a limpiar la plaza, mientras la Escuela de Circo vecina ha participado en la recuperación de la plaza, pintando los neumáticos y cuidando las plantas. Además, la cuadrilla hizo un “puerta a puerta” para informar a la gente. “Fuimos muy bien acogidos”, subraya Rosa, que ya nota un cambio desde la última vez. Mientras encontraron muy poca basura en la plaza, que ahora cuenta con columpios y una culebra de neumáticos, la gente les vino a ayudar a limpiar, y sigue vigilando la plaza para que nadie vuelva a botar basura allá.

Pero no es el caso en Pampa Ilusión, toma que agrupa a 89 familias en Ramaditas alto. Allá, son más de 15 toneladas de basura que la cuadrilla encontró botada en la quebrada desde la última vez que vino a limpiar. A pesar de que el camión de aseo pase dos veces a la semana, el problema sigue. “Hagan lo que hagan, - ¡ la gente que es cochina va a ser siempre cochina !” -, resume una vecina, que no vacila en llamar a los Carabineros cuando pilla a uno de sus vecinos botando basura en la quebrada. Pero la cuadrilla no renuncia, y sigue repartiendo volantes entre los vecinos para avisar que no volverán a limpiar, recordando que para los voluminosos se puede llamar a la municipalidad para que traiga una batea. Pero tienen el mal ejemplo justo al lado : un vertedero ilegal, donde cada día vienen más de cinco camiones a botar basura, justo al lado de la zona poblacional. - “La Municipalidad lo sabe, los Carabineros lo saben, pero no se hizo nada” -, se queja otra vecina. - “Vienen hasta camiones Municipales” -, confirma otra. Pero presenta un alto riesgo para la salud, y más de una vez niños se enfermaron por haber tomado yogurts y bebidas vencidas que habían sido botadas allá.

Para cambiar esta visión de la quebrada como botadero, el programa trabaja en colaboración con ocho establecimientos educacionales de las zonas afectadas. En la escuela San Judas Tadeo en el cerro San Juan de Dios, Andrés aplicó la metodología “Tierra de Niño”, que consiste en la recuperación de un espacio en el colegio. Mediante un trabajo deliberativo y participativo, las alumnas decidieron instalar una jardinera con plantas medicinales y un cerco vivo. En el colegio Joan Guaker, en el cerro Ramaditas, alumnos desde el cuarto hacia el octavo siguieron talleres medioambientales en los cuales plantaron árboles nativos, aprendieron a reutilizar desechos como Tetrapacks, botellas... Además, los alumnos colaboraron con la cuadrilla en el trabajo de difusión, con cárteles, puerta a puerta...  -“Se hicieron cosas muy lindas, y lo bueno es que los niños lo difunden en sus hogares, porque nosotros los adultos, lo entendemos, pero no lo llevamos a la práctica” -, explica Erica, de la cuadrilla que trabajó con el colegio. También fue capacitada por la Universidad de Playa Ancha para dar charlas de reciclaje y de compostaje a los adultos. - “Es importante que la gente aprenda a separar la basura. Así, vamos achicando los microbasurales. Es la única solución, o nos vamos a ahogar en basura” -, concluye ella.

Marion Bastit