El máximo tribunal de la
República ratificó la sentencia de la Corte de Valdivia, en la cual se califica
la actuación de la transnacional como reiterativa, contumaz y con “voluntad de
actuar al margen de la legislación vigente”. Frente al contundente fallo de los
tribunales chilenos, Juan Carlos Cárdenas, médico veterinario y director del
Centro Ecoceanos afirmó que “los hechos están demostrando que los malos
estándares y peor comportamiento de Marine Harvest son una regla y no la
excepción en Chile. A la reciente detención de casi 18.000 kgs de salmón fresco
y congelado por parte de la autoridad sanitaria de Estados Unidos, debido a la
presencia de trazas del químico cancerígeno cristal violeta, en la producciones
provenientes del archipiélago de Chiloé, se suman ahora el haber sido
declarados culpables de grave contaminación y destrucción del fondo del lago
Llanquihue”.
Santiago de Chile, 05 de agosto,
(Ecoceanos News)-- La Corte Suprema confirmó con un contundente fallo la
sentencia que había aplicado la Corte de Apelaciones de la sureña ciudad de Valdivia
contra la filial chilena de la multinacional noruega Marine Harvest por
contaminar el sector de Bahía Rincones en el Lago Llanquihue, Región de Los
Lagos, donde esta compañía mantiene pisciculturas de salmón.
El máximo tribunal de la
República ratificó la sentencia de la Corte de Valdivia, en la cual se califica
la actuación de la transnacional como reiterativa, contumaz y con “voluntad de
actuar al margen de la legislación vigente”.
La causa se inició por una
denuncia en 2007 sobre infracciones a la Ley General de Pesca y demás estatutos
jurídicos que forman parte de la reglamentación ambiental en materia de
acuicultura, las que fueron tramitadas en primera instancia en el Primer
Juzgado Civil de Osorno. Este tribunal falló contra la multinacional noruega y
ésta apeló a la Corte de Valdivia y luego al Tribunal Supremo de Santiago.
Marine Harvest alegó que ya que
el Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca) no fue quien realizó la denuncia, no
se podía investigar. Además, reclamó que los hechos ya habían prescrito luego
de 3 años de la denuncia, y que debido a que durante la investigación la
piscicultura del lago Llanquihue no mantenía producción de salmones no se
podían exigir ciertos planes de contingencia. Toda esta argumentación fue
finalmente desestimada por los tribunales.
En definitiva, la Corte Suprema
validó la decisión del tribunal valdiviano, el cual confirmó la aplicación de
multas, elevó otras, y aplicó sanciones adicionales a la salmonera por
contaminación en el sector de Bahía Rincones del Lago Llanquihue, donde se
registró una proliferación de algas y residuos en el agua, consecuencia de las
descargas de residuos al lago, así como depósito de fecas y restos de alimento
para salmones en el fondo del lago, junto al escape y muerte de peces.
Las infracciones realizadas por
Marine Harvest se refieren a violación a la Ley de Pesca y los reglamentos
ambientales para la Acuicultura, junto al de medidas de Protección, Control y
Erradicación de Enfermedades de Alto Riesgo para Especies Hidrobiológicas.
Marine Harvest: Comportamiento
contumaz y desidia
En uno de sus puntos la Corte de
Apelaciones afirma que “que se trata de una reiteración de infracciones,
respecto de las cuales la concesionaria Marine Harvest ha sido contumaz a lo
largo del tiempo, argumentando en algunos casos que dichas obligaciones no le
serían aplicables, lo que deja en evidencia no solo el grave peligro que su
conducta representa para el medio ambiente y la salud de las personas, sino su
voluntad de actuar al margen de la legislación vigente”.
Del mismo modo el tribunal de
Valdivia afirma que “se ha podido constatar en autos un grave daño ecológico en
la zona donde Marine Harvest explota su concesión, todo lo cual permite a esta
Corte estimar que el monto de las multas que en cada caso impuso el
sentenciador del grado, no constituyen una sanción proporcional al reproche que
debe necesariamente formularse en su contra, en especial atendida la desidia
permanente con la que ha desarrollado su actividad acuícola, al margen de la legislación
y reglamentación vigente, por todo lo cual se accederá parcialmente a aumentar
en cada caso las multas aplicadas, según se dirá en lo resolutivo del presente
fallo”.
Historia de contaminación
generada por Marine Harvest
Según los denunciantes -la
Sociedad Turística y Hotelera Puerto Viejo Ltda, de Puerto Octay; Rafael
Eyzaguirre Balmaceda, empresario de turismo, y Leonidas Montes Lira-, la acción
de la empresa produjo una contaminación del agua en el sector de Bahía Rincones
del Lago Llanquihue, evidenciada por la proliferación de algas y residuos en el
agua, el arrojar desechos, así como la concentración de fecas y residuos de
alimentos en el fondo del lago, junto al escape y muerte de peces.
Desde 1992 Marine Harvest Chile
S.A., viene desarrollado actividades de acuicultura intensiva en el sector.
Estas consisten fundamentalmente en el cultivo de salmones a través del sistema
de balsas-jaulas, el que presenta altas densidades de peces, mediante el empleo
de gran cantidad de alimentos en una superficie muy inferior a la que debiera
utilizar para obtener la misma cantidad de peces, con alimentos naturalmente
disponibles.
Debido al alto impacto ambiental
y sanitario que presenta este monocultivo industrial intensivo, el ordenamiento
legal obliga a los concesionarios a una serie de obligaciones. Así, por
ejemplo, el inciso segundo del artículo 74 de la Ley General de Pesca y
Acuicultura establece la obligación de mantener la limpieza y el equilibrio
ecológico de la zona donde se desarrollan labores de acuicultura.
Marine Harvest: Un ejemplo del
doble estándar multinacional
Frente al contundente fallo de
los tribunales chilenos, Juan Carlos Cárdenas, médico veterinario y director
del Centro Ecoceanos afirmó que “los hechos están demostrando que los malos
estándares y peor comportamiento de Marine Harvest son una regla y no la
excepción en Chile. A la reciente detención de casi 18.000 kgs de salmón fresco
y congelado por parte de la autoridad sanitaria de Estados Unidos, debido a la
presencia de trazas del químico cancerígeno cristal violeta, en la producciones
provenientes del archipiélago de Chiloé, se suman ahora el haber sido
declarados culpables de grave contaminación y destrucción del fondo del lago
Llanquihue”.
A lo anterior, según Cárdenas, se
suma también el actual conflicto existente entre Marine Harvest con el sector
de turismo y comunidades Mapuches de la Cuenca del lago Ranco, “al intentar
expandir nueve veces su producción, manipulando la legislación acuícola
chilena. Esto, a pesar que durante el 2006 reconoció públicamente el daño
ambiental que provocaba y se comprometía a abandonar todos los lagos que
ocupaba en Chile para la producción de juveniles de salmón”.
Salmón 2.0: Sólo propaganda y
relaciones pública
Todo lo anterior demuestra según
Ecocéanos que el denominado “nuevo salmón 2.0” del que Marine Harvest es su
exponente, es tan sólo propaganda para consumidores desinformados, abuso del
empleo de antibióticos, exceso de antiparasitarios, antifouling, posible uso de
químicos prohibidos, aumento en la infestación de piojo de mar Caligus, brotes
del virus ISA, son entre otras episodios.
"Todo esto son señales para
que los consumidores de Estados Unidos, Unión Europea y Brasil se informen
sobre las verdaderas prácticas sanitarias, ambientales y laborales de esta
industria, cuyo 98% de sus producciones se exportan”, afirmó el director de
Ecoceanos.
Fuente: Radio Del Mar