El plan de expansión del ya
existente proyecto gasístico de Camisea, ubicado dentro de la Reserva
Nahua-Nanti para tribus no contactadas, ha sido ampliamente condenado y en
marzo la ONU pidió su “inmediata suspensión”.
La semana pasada el Ministerio de
Cultura de Perú, encargado de proteger los derechos de los pueblos indígenas,
emitió un informe detallando los peligros que el proyecto podría implicar para
las vidas de los indígenas no contactados y aislados. Pero el informe
desapareció justo horas antes de que fuera publicado en internet y ahora tanto
el ministro como el viceministro de Cultura han dimitido.
Entre las preocupaciones
descritas por el informe del Ministerio se encontraban el riesgo de propagación
de enfermedades entre los indígenas aislados, quienes carecen de inmunidad ante
enfermedades comunes que pueden ser portadas por trabajadores de las compañías
petroleras y otros foráneos.
El proyecto Camisea ya ha llevado
a la muerte de la mitad de la tribu nahua luego de que fueran contactados por
primera vez tras las primeras prospecciones petroleras en la década de los 80.
Los nahuas continúan padeciendo graves problemas de salud, como es común entre
los indígenas recientemente contactados, y la expansión de Camisea penetraría
aún más en la selva que habitan.
El mes pasado, en una carta
dirigida al Ministerio de Cultura, los nahuas rechazaron los planes de
expansión y declararon: "Hemos decidido no permitir que la empresa
petrolera Pluspetrol lleve a cabo su trabajo en nuestro territorio” debido a
sus “reiteradas promesas incumplidas”.
Camisea es dirigido por un
consorcio de compañías lideradas por la española Repsol, la argentina Pluspetrol
y la estadounidense Hunt Oil. Los planes de expansión incluyen la detonación de
miles de cargas explosivas y la perforación de más de veinte pozos.
El director de Survival
International, Stephen Corry, ha declarado hoy: “El Gobierno de Perú parece haberse
contagiado de una especie de ‘fiebre del gas’ que parece haber determinado al
Gobierno a seguir adelante con la expansión del proyecto de Camisea a pesar de
la oposición de la ONU e incluso de algunos de sus propios ministros. Los
ciudadanos de Perú deberían preguntarse: ‘¿Qué es más importante, las vidas de
los indígenas, o las ganancias extranjeras?’”.
Fuente: Ecoticias