El titulo de esta nota es correcto, la Palma chilena de nombre científico Jubaea Chilensis es una enorme hierba, su tronco no es madera solo es fibra, entonces podemos afirmar que las palmas son entonces un pasto gigante, que los indígenas llamaban Cau Cau. Esta palma es endémica de nuestro país y se la ve en forma natural entre los ríos Elqui y Maule y es la palma más austral del mundo.
Una de las características que presenta es su lento crecimiento, su estado de madurez lo obtienen a los sesenta años, también se encuentra entre las especies mas longevas del mundo, pudiéndose sobre pasar los mil años encontrándose especies con mas de 1500 años, notable si pensamos que esta año Chile celebra su bicentenario.
Por su característica de “hierba resistente”, su presencia fue muy abundante como también su explotación desde la presencia española en adelante, exportación de su semilla “los cocos de palma” al Perú significo la no renovación de muchos ejemplares, disminuyendo su población, peligro por el cual esta especie sigue teniendo debido a la venta callejera de sus semillas.
En la actualidad su conservación esta controlada y existe una explotación sustentable de sus productos como la “miel de palma”, sin embargo apreciamos un completo desconocimiento de la vulnerabilidad en que se encuentra con la explotación sin control de sus semillas, la confección de “canastitas” en semana santa con sus incipientes brotes y los incendios forestales que arrecian la región en el verano.
Este desconocimiento respecto de este ejemplar único, que se da en nuestra región, llega hasta los más altos niveles del aparato estatal. No se explica de otra forma el porque la Dirección de Vialidad en un área destinada al paisajismo de la Variante Las Palmas, instalo palmeras mexicanas, olvidándose que el nombre de la vía es en relación a que pasa por sobre el Santuario de la Naturaleza Palmar el Salto, al parecer al proyectista y al Inspector Fiscal le daba lo mismo, total igual eran palmeras.
Otra variedad exótica corresponde a la Fénix Canariensis , endémica de las islas canarias, también longevas como la Palma Chilena , y bastante comunes en numerosas plazas chilenas. En 1930 fecha en que se inauguro el Teatro Municipal de Viña del Mar, se tomo la decisión de remodelar la Plaza Sucre cambiando añosos árboles por 16 jóvenes ejemplares de palmas Fénix Canariensis, a la fecha han pasado 80 años y dichos ejemplares ostentan una altura que superan los 20 metros y se han convertido en un símbolo ornamental que forma parte de la historia de la ciudad, así como ocurre en Valparaíso con la Avenida Brasil. Sin embargo las 16 palmeras de la Plaza Sucre pasaran una dura prueba con la construcción de los estacionamientos subterráneos en proceso de adjudicacion de la obra. Es de esperar que el proceso de construccion contemple un nivel sensibilidad mayor que el exhibido por la Dirección de Vialidad del MOP y efectivamente exista la debida cautela de dichos históricos ejemplares, patrimonio vivo de la ciudad para que pueda conjugarse las necesidades de las ciudades modernas en completa armonía con la identidad histórica de la ciudad.
Una ciudad sin historia es una ciudad sin identidad y sin identidad no hay compromiso.