jueves, 24 de marzo de 2011

Transporte Urbano: “Los usuarios tienen que agruparse para reclamar sus derechos”


La licitación del Transvalparaíso en el año 2007 tenía como objetivos ordenar el sistema de transporte urbano para acabar con la congestión vehicular, mejorar la frecuencia, la calidad de los microbuses y fijar las tarifas.
La instalación de un GPS a bordo de cada microbus no acabó con los “sapos”, que a cambio de unas monedas informan los choferes sobre la frecuencia de los otros vehículos.
Es que no se trata de un GPS en línea, por ser demasiado costoso y necesita de equipos de alta tecnología que los terminales no tienen. Así, el GPS carga las informaciones – trazado, frecuencia, horas de despacho, velocidad - durante el recorrido, y luego se descargan en un computador una vez llegado al terminal. Por eso no permite la fiscalización en directo, sino que sólo sirve de punto de referencia a la SEREMI de Transportes para saber dónde fiscalizar. Es que no hay más de 11 agentes fiscalizadores para toda la región, repartidos en tres zonas: Los Andes, La Ligua y Valparaíso.

 Rolando Osorio, presidente de la Federación de Conductores de la región, es muy claro: “Nada ha cambiado. Pintaron los vehículos, pero siguió todo igual”.  Andrés Fuenzalida, ingeniero asesor de la SEREMITT, recuerda que los usuarios pueden hacer reclamos a fin de orientar a los fiscalizadores. En caso de incumplimiento de los términos de la licitación, la empresa se expone a una multa por parte de la SEREMITT. Así, el año pasado se llevaron a cabo 35 procesos administrativos en contra de empresas licitadas. Pero según Rolando Osorio, el GPS no cambia nada, ya que las condiciones de tráfico no permiten cumplir con un horario y una frecuencia. Más allá, ser vigilados por GPS incitaría los chóferes a tomar riesgos para tratar de respetar esta frecuencia por temor de la sanción. Sin embargo, según Andrés Fuenzalida, el GPS en línea es parte de los puntos que considerará la nueva licitación. 

Además, la licitación jamás consideró la parte laboral, y todavía no hay ninguna normativa que proporcione a los chóferes un horario de trabajo o un sueldo fijo. Así, los chóferes siguen trabajando 16 o 17 horas al día sin parar, ni siquiera para almorzar. “Un micrero no tiene una vida digna, llega a casa a la una de la mañana y sale a las cuatro de la mañana, no comparte con la familia”, cuenta Rolando Osorio. Para él, tal modo de vida puede llevar a delincuencia, a la drogadicción… Según él, para cumplir con una jornada laboral normal, habría que tener tres chóferes para un vehículo. “El problema es que hay un déficit de conductores”, recuerda Andrés Fuenzalida. Para las 2800 máquinas de la región, no hay más de 4000 conductores. “Habría que capacitar a 3000 chóferes”, estima Rolando Osorio, “pero esto necesita una inversión.”
Según Andrés Fuenzalida, hubo intentos de la SEREMITT para profesionalizar a los conductores, ofreciéndoles una formación gratuita, pero todos los esfuerzos fueron vanos, ya que una vez obtenida la licencia profesional, se iban a trabajar como chóferes de camión, empleo que paga más. De hecho, “nadie quiere ser conductor”, ya que pasar la licencia profesional representa un costo sobre los $300. 000 pesos. Además, según Andrés Fuenzalida, “es la pega más mala”, ya que los conductores “son las personas más basureadas, les dicen alcohólicos…”. Además, “la jubilación – entre 100 y $120.000 pesos mensuales – es tan mala que no alcanza para vivir”, denuncia Rolando Osorio, “y hay chóferes que llevan 60 años manejando”.
  El sueldo de los chóferes es otro problema, ya que ganan un cierto porcentaje de los ingresos de su máquina, lo que favorece la competencia para pasajeros. Según Andrés Fuenzalida, la licitación ha puesto fin al “collereo” entre micreros, proporcionando a cada empresa una cierta exclusividad en sus recorridos. Trabajando más de 16 horas al día, un micrero alcanza un sueldo mensual de $600.000 pesos, mientras un contrato, con una jornada laboral de 7,5 horas, le proporcionaría $250.000 pesos mensuales. Para que sea valorable tener un sueldo fijo, éste tendría que ser sobre los $500.000 pesos, pero así el empresario no alcanzaría pagar la mantención de sus vehículos. 

¿Y con un subsidio estatal? “Desde hace más de diez años, los conductores de Viña Bus perciben el 16% de los ingresos. La empresa recibe subsidios, pero los conductores siguen ganando lo mismo”, denuncia Rolando Osorio. Es que este subsidio era destinado a bajar las tarifas, que hubieran subido con la licitación, que les fijaba en base a un polinomio de reajustabilidad, que toma en cuenta el precio del petróleo, el costo de la reposición del bus, de los neumáticos, y un índice de mano de obra. “Hacen cálculos con porcentajes, pero no sé de donde les sacan”, dice Rolando Osorio, ya que este índice no tiene nada que ver con el sueldo de un micrero, que de todas maneras no es fijo. Para acabar con el problema de los chóferes que no paraban para los estudiantes, también hubo un subsidio estatal para equiparar la tarifa estudiante con la tarifa adulto promedio. Así, según Andrés Fuenzalida, un chofer gana igual ya sea un adulto o un estudiante quien se suba a su máquina.
Para Rolando Osorio, el empresario salió beneficiado, ya que “con el puro subsidio se paga una nueva máquina”. El usuario igual gana, ya que las tarifas bajaron, y “el trabajador es el único que no ganó nada”. Por eso su Federación mandó una carta a la subsecretería de transporte la semana pasada para pedir que paren los subsidios a la región hasta que los empresarios le paguen a los conductores.

 Andrés Fuenzalida defiende a la inspección del trabajo, asegurando que al inicio de la licitación intentó fiscalizar problemas contractuales mediante controles en los terminales. Multaron a algunas empresas por irregularidades, pero los conductores hicieron un paro, y “nunca más se cursó infracciones”. Es que “los sindicatos de conductores son los más duros, porque si se paran, no hay locomoción”. “Nuestro gremio ha decidido una paralización los 6 y 7 de marzo por la nueva licitación del pase escolar, que la va a tomar un privado”, avisa Rolando Osorio. Según él, esta medida también va a perjudicar el usuario, ya que va a subir el precio. Además, él quiere hacer un llamado a la autoridad nacional, que a su parecer “se ha olvidado de las regiones. Me da gusto escuchar al nuevo ministro de transportes cuando dice que va a inaugurar más de 30 paraderos nuevos para la región metropolitana, pero aquí tenemos paraderos que ni siquiera tienen un techo y no se hace nada.” Por eso llama a los usuarios a agruparse para reclamar sus derechos y el cumplimiento de la licitación 

Por Marion Bastit
para AIREPURO