La Congregación de las Hermanas del Buen Samaritano rechazó el financiamiento anunciado por la empresa minera Barrick Gold, para una Casa de Acogida en Vallenar. La decisión fue dada a conocer por el Obispo de Copiapó, Gaspar Quintana, en un comunicado emitido ayer. La acción publicitaria de Barrick Gold ha sido denunciada ampliamente por organizaciones comunitarias y sociales, de la región de Atacama y el resto del país, como otro intento para dividir a las comunidades que están siendo afectadas por el proyecto minero Pascua Lama desde el año 2000.
El texto de la declaración del Obispo de Copiapó es el siguiente:
A la Iglesia Diocesana de Copiapó y a la opinión pública Quiero informar de una importante noticia que recibí ayer por la tarde, de parte de la Congregación de las Hermanas del Buen Samaritano.
En efecto, la Madre Irene García de Prado, Superiora General de dicha Congregación, con fecha 6 de julio, me hizo saber que ha optado por dejar sin efecto el proyecto de la Casa de Acogida a realizarse en Vallenar con el financiamiento de una empresa minera de la Región de Atacama.
Tal decisión es fruto de un discernimiento hecho con Mons. Horacio Valenzuela Abarca, Obispo de Talca, de quien depende jurídicamente el mencionado Instituto religioso. Como dice la Madre Irene, tal determinación se tomó “en obediencia a las orientaciones de la Iglesia en la persona de nuestros Pastores, por lo que asumimos los frutos de este discernimiento en la caridad evangélica.”
No hay duda de que esta resolución de la Hermanas del Buen Samaritano es una buena noticia para todos los que tratamos de tener presente que “los proyectos para un desarrollo humano integral no pueden ignorar a las generaciones sucesivas, sino que han de caracterizarse por la solidaridad y la justicia intergeneracional, teniendo en cuenta múltiples aspectos como el ecológico, el jurídico, el económico, el político y el cultural.”Son palabras del Papa Benedicto XVI.
Agradezco a esta Congregación religiosa su valioso servicio de amor y atención a los pobres y desamparados en nuestra Región, y hago votos porque esta labor continúe y se fortalezca en el tiempo. Estoy seguro de que la totalidad de la comunidad de Atacama apoyará decidida y solidariamente este esforzado servicio de las Hermanas. Y que su gesto ejemplar de fidelidad a las orientaciones de la Iglesia en este campo nos anime a cuidar “desde dentro de nosotros” la creación, no siempre tenida en cuenta en los proyectos de desarrollo social y económico de nuestro país.
+Gaspar Quintana J., CMF.
Obispo de Copiapó
El texto de la declaración del Obispo de Copiapó es el siguiente:
A la Iglesia Diocesana de Copiapó y a la opinión pública Quiero informar de una importante noticia que recibí ayer por la tarde, de parte de la Congregación de las Hermanas del Buen Samaritano.
En efecto, la Madre Irene García de Prado, Superiora General de dicha Congregación, con fecha 6 de julio, me hizo saber que ha optado por dejar sin efecto el proyecto de la Casa de Acogida a realizarse en Vallenar con el financiamiento de una empresa minera de la Región de Atacama.
Tal decisión es fruto de un discernimiento hecho con Mons. Horacio Valenzuela Abarca, Obispo de Talca, de quien depende jurídicamente el mencionado Instituto religioso. Como dice la Madre Irene, tal determinación se tomó “en obediencia a las orientaciones de la Iglesia en la persona de nuestros Pastores, por lo que asumimos los frutos de este discernimiento en la caridad evangélica.”
No hay duda de que esta resolución de la Hermanas del Buen Samaritano es una buena noticia para todos los que tratamos de tener presente que “los proyectos para un desarrollo humano integral no pueden ignorar a las generaciones sucesivas, sino que han de caracterizarse por la solidaridad y la justicia intergeneracional, teniendo en cuenta múltiples aspectos como el ecológico, el jurídico, el económico, el político y el cultural.”Son palabras del Papa Benedicto XVI.
Agradezco a esta Congregación religiosa su valioso servicio de amor y atención a los pobres y desamparados en nuestra Región, y hago votos porque esta labor continúe y se fortalezca en el tiempo. Estoy seguro de que la totalidad de la comunidad de Atacama apoyará decidida y solidariamente este esforzado servicio de las Hermanas. Y que su gesto ejemplar de fidelidad a las orientaciones de la Iglesia en este campo nos anime a cuidar “desde dentro de nosotros” la creación, no siempre tenida en cuenta en los proyectos de desarrollo social y económico de nuestro país.
+Gaspar Quintana J., CMF.
Obispo de Copiapó