La minería en nuestros
valles, ¿es el fin de la cesantía? ¿Habrá Trabajos permanentes y
eternos? Por Milton Rojas Vergara.
Nuestro país es
eminentemente minero. La economía chilena se sustenta
mayoritariamente en la minería. Pero ¿es necesario este rubro en
nuestros valles? Veamos sus contradicciones:
La minería en nuestros
valles, ¿es el fin de la cesantía? ¿Habrá Trabajos permanentes y
eternos?
Decididamente creo que
no. Los valles de nuestra Región no resisten la minería, pues es
contaminante. Veamos por qué:
Los suelos de toda la
región se han formado a través de millones de años producto de la
actividad de muchos de los cientos de volcanes existentes en la
Precordillera y Altiplano del sector.
Su estratigrafía indica
suelos arenosos, sueltos permeables. Deleznables, pobres en materia
orgánica, lo que lleva a concluir que son suelos altamente
VULNERABLES. Son suelos de acarreo, lo que se demuestra en las
piedras redondeadas, sin aristas. Por ello, las aguas que se generan
en la pre-cordillera y el Altiplano se infiltran con facilidad y
siguen su curso hacia el mar a gran profundidad.
Los relaves y residuos
líquidos que generan las mineras harán lo mismo. Van a juntarse
inevitablemente con las aguas subterráneas y dañarán el agua
potable y el agua para la agricultura.
A este daño debemos
agregar la alteración que se producirá en los bofedales y en el
medio ambiente, producto de la polución de las partículas en
suspensión.
Desarrollo Agrícola: ¿la
solución a la falta de trabajo? Hagamos una reflexión práctica:
El informe medio
ambiental y su justificación señala que la minera, en este caso Los
Pumas, funcionará durante 10 años y contratará una cantidad de 350
trabajadores durante todo ese período.
Nuestra Región tiene una
superficie de 17.500 kms2, o sea, un millón setecientos cincuenta
mil hectáreas. Un millón de ellas se ubican en la Precordillera y
el Altiplano y el resto en el sector costero y centro. Si dedicamos a
la agricultura en una primera etapa el 1% de esta superficie, es
decir, 7.500 nuevas hectáreas, y si cada hectárea necesita un
mínimo de 3 personas c/u, tendríamos una cantidad de 22.500
trabajadores (22.500 familias) dedicadas a la agricultura. Desde
luego los planes, proyectos, políticas de este rubro deben
considerar a ese conjunto familiar como PROPIETARIOS de esa tierra y
no como Asalariados ,o Medieros ,o Gañanes u otro medio de familias
dependientes de un sistema patronal.
Esto debe adicionarse con
una verdadera política social, productiva, de clase. Debemos señalar
a la agricultura como el primer eje de desarrollo y crecimiento de
nuestra Región XV. Hay que fijar una voluntad política para abordar
este tema importante.
Los antecedentes aquí
expuestos, a título personal, me llevan a concluir que la minería
no puede instalarse en nuestra zona, especialmente en el nacimiento
de los ríos, pues el medio es altamente vulnerable.
Por la misma razón es
imprescindible fijar una Planificación Prioritaria.
Dicho esto, concluyo:
No es factible aceptar
proyectos Mineros en nuestra zona.
Las condiciones naturales
y de preservación no lo permiten
La estabilidad de
absorción de mano de obra no es tal y no justifica
Creará alteración
ambiental que matará el desarrollo agrícola.
La Agricultura en cambio:
Aprovechará las
extraordinarias condiciones de clima, suelo, agua.
Incrementará la
producción agrícola como abastecedora nacional.
Dará trabajo a miles de
familias ariqueñas.
Propenderá a crear la
DESPENSA AGRICOLA DE CHILE.
Por último debe haber
una profusión de esta iniciativa, a través de Proyectos productivos
en beneficio de la Región.
Por Milton Rojas Vergara
Técnico Agrícola, Arica
FUENTE FOTO: cristiano.cs
en Flickr