Superficie concesionada
bajo la ley minera equivale a cien veces el proyecto Hidroaysén y a
ocho veces el Gran Santiago. Empresas canadienses lideran la carrera
para extraer oro y plata de la Patagonia.
Cada vez que llega el
verano a la Región de Aysén, se observa en los alrededores de la
Carretera Austral o del Lago General Carrera a cientos de vehículos
y camiones de doble tracción, helicópteros en vertiginoso vuelo y a
excursionistas internándose por los bosques milenarios. No se trata
de turistas o pescadores de trucha, son equipos de exploración
minera, que aprovechan al máximo el corto verano austral para buscar
el secreto mejor guardado de la Patagonia: oro.
Una carrera silenciosa
que llevan a cabo mineras de todo el mundo, particulares y
generadoras eléctricas, todos compitiendo por hacerse de las
concesiones mineras de la zona, con miras a iniciar operaciones de
exploración o, también, para proteger sus tierras de la acción de
esas mismas transnacionales.
“El oro es una
alternativa importante y con potencial dentro de la Región de Aysén,
antiguamente lo había, y lo más probable es que sigan existiendo
opciones de ese oro, sobre todo para los pequeños mineros”,
reconoció el ministro de Minería, Hernán de Solminihac.
Según las estadísticas
del Servicio Nacional de Geología y Minas (Sernageomin), al cierre
del año pasado el 6% de la superficie de la Región de Aysén (que
abarca 10,8 millones de hectáreas) está entregada a concesiones
mineras de exploración o explotación; en 2011 esa cifra equivalía
al 8% de la superficie. Los datos indican que el año pasado existían
635.802 hectáreas entregadas a la minería, de las cuales 564.700
hectáreas eran para exploraciones.
Una cifra no menor, si se
considera que algo más del 50% de la superficie regional son parques
nacionales o áreas protegidas, y otro 20% está entregado a
instituciones del Estado para su preservación. De hecho, el
territorio concesionado para la minería en Aysén supera en más
ocho veces el radio urbano del Gran Santiago y es cien veces mayor
que las 5.910 hectáreas del proyecto Hidroaysén.
El incremento de
concesiones mineras en las cuatro provincias de la XI Región se
observa desde 2007, cuando casi duplicaron a las del año anterior.
Un fenómeno gatillado por dos factores: el impulso del gobierno de
la época al “Plan Regional de Ordenamiento Territorial Aysén
2005″ para dar sustentabilidad económica a la zona; y el alza
internacional en el precio del oro, que de US$ 604,3 la onza troy en
2006, saltó al año siguiente a U$$ 696,7, llegando a su peak el año
pasado con un promedio de US$ 1.668 la onza.
De esta forma, mientras
en 2006 las concesiones de exploración minera en la zona llegaban
apenas a 283 mil hectáreas (2,6% de la superficie regional), al año
siguiente saltaron hasta las 434 mil hectáreas (4% del área
disponible). Una escalada que no se ha detenido hasta el día de hoy
y que ha provocado una verdadera “fiebre del oro” en la región,
debido al cúmulo de empresas involucradas en la búsqueda de
“metales preciosos”: oro, plata, zinc y plomo, según la
clasificación chilena.
Sin embargo, de
Solminihac explicó que lo normal es que las actividades de
exploración se concentren en puntos focalizados dentro del
territorio, por lo que “no se puede asumir que todas las hectáreas
que tiene una concesión van a ser útiles (o explotadas) a futuro
para la actividad minera”.
Los proyectos que vienen
Gran parte de las
empresas que buscan minerales en la XI Región son canadienses. Su
interés por Aysén radica en que son las mineras con mayor
experiencia en la extracción de oro ciento por ciento bajo hielo,
dada la zona extrema en la que operan: los límites de Canadá con el
Ártico y el Polo Norte.
De esta forma, la
canadiense GoldCorp es la cuarta empresa con mayor número de
concesiones de exploración, con 70 reclamaciones en las comunas de
Chile Chico y Cochrane, y un área de trabajo de unas 21.000
hectáreas. Esta compañía en Chile controla el proyecto El Morro, a
80 kilómetros de Vallenar.
La anglo-canadiense
Patagonia Gold, que opera en Argentina la mina “Lomada de Leiva”,
ha explorado desde 2006 unas 20.500 hectáreas cerca de Coyhaique, en
66 concesiones ubicadas entre los lagos Pollux, Castor y Thompson. La
compañía dijo en su memoria 2012, que este año va a proseguir las
prospecciones al oeste de Coyhaique dado “su alto potencial”.
Agregó que para procesar el oro y plata detectados evalúa tres
opciones: “Lixiviación con cianuro, separación por gravedad o
envío directo a fundición”.
Otra canadiense con
concesiones en Aysén es Redhill, que cuenta con 18 zonas que abarcan
cerca de 5.000 hectáreas en Río Ibáñez. Esta compañía también
realiza prospecciones para inversionistas australianos en Magallanes.
La única minera chilena
que ha solicitado concesiones en la región empleando su “nombre y
apellido” (las demás utilizan a representantes) es la Compañía
Minera del Pacífico (filial de CAP), que hoy abarca 93 paños de
exploración con más de 230 mil hectáreas en las comunas de Aysén
y Cisnes, según los datos del Sernageomín. Al respecto, de
Solminihac comentó que según los datos que maneja su cartera, esta
filial de CAP realizó hasta el año pasado tareas de exploración
para detectar yacimientos de hierro en la región.
Otra empresa que busca
oro en la XI Región es Terrane Minerals, firma de exploración
minera que opera en Chile y Perú. Esta sociedad posee 26
concesiones, con un área de 8.700 hectáreas en las comunas de Chile
Chico, Río Ibáñez y Coyhaique.
Pero la “fiebre del
oro” no se limita a la Región de Aysén, ya que también ha
llegado a la Provincia de Palena, X Región, donde comienza la
Patagonia y muy cerca del polémico Parque Pumalín. En la zona, la
estadounidense Geocom junto a la canadiense Kinross descubrieron
alrededor del Lago Espolón un manto de tres kilómetros con oro.
Según informó Geocom en EE.UU., la sociedad ya cuenta con 13
reclamos mineros con 3.800 hectáreas y habría iniciado la
adquisición de nuevos terrenos en la zona.
Al respecto, el ministro
de Minería comentó que lo relevante aquí es que todas estas tareas
se tienen que basar en la legislación vigente, “por lo que
cualquier actividad que se quiera desarrollar en la región tiene que
pasar por el sistema de evaluación de impacto ambiental y ahí se
deben considerar todos los factores asociados” a los proyectos
mineros.
Las mineras que ya están
Dos empresas han estado
asociadas desde siempre a la historia minera de la Región de Aysén,
se trata de Minera el Toqui y Minera Cerro Bayo, orientadas a la
extracción de oro.
El Toqui, de la
multinacional belga Nyrstar, está a 120 kilómetros de la ciudad de
Aysén, donde explota seis yacimientos concentrados hoy en la
producción de oro y plata por sobre la de zinc. Para ello, cuenta en
plena Patagonia con plantas de chancado y lixiviación y dos tranques
de relaves.
Según Sernageomin, El
Toqui tiene 192 concesiones de exploración, con un área que supera
las 40 mil hectáreas en Río Ibáñez, Aysén y Coyhaique. Esta mina
el año pasado produjo 51.600 onzas de oro (un alza de 54%) y 113.000
onzas de plata (un 163% más), informó su matriz.
Cerro Bayo, de Mandalay
Resoruces de Toronto, opera nueve concesiones de explotación con
unas 10 mil hectáreas en el margen suroriental del lago General
Carrera y Laguna Verde. La compañía explota siete minas de oro y
plata, para lo cual mantiene una planta concentradora y un tranque de
relaves. Además, posee la mina Furioso (cerrada en 2005) al sur
poniente del Lago General Carrera, donde ha vuelto a explorar.
En marzo pasado el CEO de
Mandalay, Brad Mills, informó en Canadá que la firma “va a
ampliar sus reservas en la mina Dagny bajo Laguna Verde”, donde las
muestras arrojaron una calidad mineral de siete gramos de oro y 1.000
gramos de plata por tonelada.
Pirquineros de la
Patagonia
El oro escondido en la XI
Región no sólo ha atraído a grandes mineras, sino que también
pasó a formar parte del Plan Aysén, acordado entre el gobierno y
los pobladores de esa zona tras las protestas del 2012.
De esta forma, el
Ministerio de Minería y el Gobierno Regional, evalúan establecer
“lavaderos de oro” o mineras medianas en la cuenca del Lago
General Carrera, sector de Puerto Sánchez, donde realizan sondajes
en concesiones heredadas por Corfo. En el lugar, también, se evalúa
establecer canteras para extraer mármol.
“Como gobierno estamos
ayudando a los pequeños mineros con bastante fuerza en capacitación
y en equipamiento, para que cuenten con las herramientas para que
puedan avanzar en este ámbito en la región”, dijo Hernán de
Solminihac. La idea, apunta a entregar en comodato algunas
concesiones mineras para qué las exploten asociaciones gremiales de
la zona.
Fuente : La Segunda