Ducto de CELCO ¿Dónde tirar la cadena del desarrollo?
Días tensos se viven en el
litoral norte de Los Ríos, sobre todo en Mehuín, a la espera de la resolución
del Consejo de Ministros sobre el ducto de la Celulosa Arauco que descargaría
desechos líquidos desde la planta de celulosa de San José de la Mariquina.
Esto coincide con el próximo
fallo que el juzgado civil de Valdivia deberá dictar por el desastre natural
ocasionado en el río Cruces en el año 2004. En las últimas semanas se ha
conocido de reuniones extrajudiciales entre abogados de Celulosa Arauco y del
Consejo de Defensa del Estado. En busca de qué, muchos se preguntan.
El escenario actual no permite la
salida del ducto al mar: Hacerlo implica pasar por sobre áreas de manejo y
espacios costeros y marinos solicitados por comunidades lafkenche al amparo de
la ley, así como la amenaza a espacios ceremoniales de esas mismas comunidades.
Por José Luis Vargas
El conflicto en la bahía de
Mehuín entre comunidades mapuche lafkenche y Celulosa Arauco (Celco) está lejos
de terminar. Pese a que una serie de obstáculos impiden el avance del ducto, la
empresa se obstina en seguir con su proyecto, gracias a los cuestionados
permisos otorgados por la Comisión Regional de Medioambiente (COREMA) en 2010.
Según representantes del Comité
de Defensa del Mar, la empresa ha querido evitar la presencia de los pueblos
originarios en este conflicto, al no tomar en cuenta las solicitudes de espacio
costero marino (ECMPOs) realizados por comunidades lafkenche al amparo de la
ley 20.249, desconociendo además la existencia de espacios ceremoniales y
antiguos cementerios que están por sobre el trazado del ducto.
El proyecto de celulosa Arauco
contempla construir una cámara elevadora para vaciar las descargas de desechos
tóxicos al mar. Dicha edificación ya fue objetada por la Resolución de
Calificación Ambiental (RCA) otorgada por la Corema.
“La RCA le obliga a CELCO a no
tener este tipo de construcciones que dañen el paisaje”, indica Eliab Viguera,
vocero del Comité de Defensa del Mar, agregando que, “el lugar donde se
pretende construir la polémica obra, choca con un derecho que reclaman las
comunidades bajo el resguardo de la ley lafkenche, el cual fija claramente
cuáles son las playas y terrenos de las comunidades, donde Arauco pretende
construir”, da a conocer Eliab Viguera.
Eliab Viguera
Según el dirigente, las
instalaciones que podría hacer la empresa sobre los espacios solicitados por
las comunidades representan una verdadera discriminación hacia los pueblos
originarios “…porque el estado debe poner los medios y recursos para hacer las
mediciones necesarias y de este modo determinar las coordenadas de los espacios
costeros que pertenecen a las comunidades que están siendo pasados a llevar por
CELCO”, explica.
Otro de los puntos que entorpece
la salida de un ducto al mar tiene que ver con las áreas de manejo.
“Toda la costa desde Queule hasta
el sur de Corral tiene áreas de manejo; hay un murallón, no importa en manos de
quién estén las áreas; legalmente no pueden ser tocadas por nadie”, precisa
Boris Hualme, miembro del Comité de Defensa del Mar y vocero de las comunidades
lafkenche opositoras al ducto de CELCO.
La ley que frena el “desarrollo”
Los voceros del Comité de Defensa
del Mar también tuvieron palabras para referirse al tratamiento mediático
realizado por el diario El Mercurio de Santiago, respecto a la ley lafkenche,
cuando el jueves 16 de agosto, en su sección Economía y Negocios, publicó una
nota periodística titulada “Ley Lafkenche mantiene paralizados 475 proyectos de
inversión”, y el domingo 26 de agosto fue motivo de una editorial en el propio
diario. Según El Mercurio, la ley lafkenche iría en contra del desarrollo,
incluso para la pesca artesanal pues estaría paralizando proyectos emblemáticos
como el ducto de CELCO en Mehuín, repercutiendo negativamente sobre los niveles
de vida de las comunidades indígenas.
Boris Hualme
“La ley lafkenche está sufriendo
un ataque infundado para darle curso al ducto y otros intereses. No es una
normativa excluyente como señala El Mercurio; nadie que sea de una comunidad y
postule a un espacio costero marítimo es beneficiaria exclusiva de ese espacio;
la ley no ha pretendido quitarle el derecho a nadie”, declara Eliab Viguera.
Boris Hualme en tanto, sostuvo
que detrás de este tipo de anuncios mediáticos, se visualiza una actitud racista
por parte del Estado y el empresariado más duro del país:
“¿Por qué dicen que la ley
lafkenche detiene el progreso y no dicen lo mismo cuando se trata de otras
leyes? Se ve una mentalidad racista por parte del Estado… ”, enjuicia.
CELCO en Puringue
Las comunidades mapuche “Rayen
Mapu” de Puringue Rico, Puringue Pobre y “El Nogal” que integran el Lof
Puringue, ubicado al norte de la localidad de San José de la Mariquina se han
convertido en uno de los principales opositores y trabas para los planes de la
empresa CELCO.
En Puringue existe un complejo
sociocultural, compuesto por un nguillatuwe y a pocos metros se encuentra un
“eltun” (cementerio mapuche). En medio de este espacio CELCO pretende hacer
pasar el ducto, lo que las comunidades rechazan, negándose a vender, expresando
su voluntad de no permitir la transgresión de sus sitios sagrados
Isela Manríquez Manquelafquén,
presidenta de la comunidad Puringue Rico, recuerda que cuando la Comisión
Regional del Medio Ambiente (COREMA) de Los Ríos aprobó en febrero de 2010 el
proyecto de CELCO, “la primera resolución decía que tenían que entregarnos 200
millones en efectivo pero la empresa apeló y buscaron mitigar a través de
proyectos sociales sin conseguir el respaldo de nuestras comunidades”, explica
y añade: “Otra de las medidas de mitigación que la Corema le exigió a CELCO fue
la compra y entrega del espacio ceremonial a las comunidades”.
En tanto, Luis Llanquimán, otro
de los voceros de Puringue Rico señala: “La empresa ha buscado desesperadamente
comprar los terrenos en forma de tramos que le permitan conseguir los espacios
para ir sacando el ducto hasta el mar pero no lo están consiguiendo”.
Camilo Tripailaf y Luis
Llanquimán
Para los comuneros de Puringue la
situación es completamente extraña: ¿Cómo una empresa les va a comprar un
terreno sagrado que siempre les ha pertenecido y luego se los va a regalar?.
Atropello en Lingue
Las comunidades se oponen a lo
que sería un gran grave atropello cultural, considerando que todos los años en
ese lugar se realiza el nguillatún donde participan las 3 comunidades que
integran el lof Puringue.
Otro de los puntos preocupantes
es la intervención que se produciría en el río Lingue, utilizado desde tiempos
ancestrales para dar agua a los caballos durante la realización de la ceremonia
y donde las comunidades tienen derechos de agua solicitados a la altura del
trazado.
“Ellos (CELCO) cortarían en 2
partes nuestro espacio ceremonial (nguillatuwe y cementerio). Quieren pasar por
un callejón que es la puerta de entrada a nuestra pampa de nguillatuwe: El
atropello cultural va a ser muy fuerte”, revela con preocupación Camilo
Tripailaf, werken del lof Puringue.
El nguillatún de Puringue es de
tan larga data que Isela Manríquez, no recuerda con exactitud desde cuándo se
realiza la ceremonia: “Nuestro terreno de nguillatún es ancestral; no tenemos
memoria de los tiempos desde que se viene haciendo”, relata.
La pampa donde se realiza el
nguillatún en Puringue
Según la dirigente, los permisos
ambientales otorgados a CELCO y los planes de la empresa por colocar el ducto
en la zona demuestran “el nulo conocimiento de nuestra cultura por parte de la
empresa y las autoridades que aprobaron”, dice la dirigente.
Preocupación ciudadana
Una de las deudas pendientes que
la empresa CELCO mantiene con la justicia y la opinión pública es el
esclarecimiento del daño generado en el Santuario de la Naturaleza Carlos
Andwanter, el año 2004, con la contaminación de las aguas del río Cruces, donde
masivamente murieron o emigraron los otrora tradicionales cisnes de cuello
negro. Por este caso, el Consejo de Defensa del Estado (CDE) presentó una
demanda civil contra celulosa Arauco, cuyo resultado será dado a conocer los
próximos meses.
La agrupación ciudadana “Acción
por los Cisnes”, que ha seguido de cerca el tema y el actuar de la empresa,
esperan que el fallo del juzgado civil de Valdivia sea contundente, si bien la
empresa ha realizado esfuerzos desmedidos para evadir su responsabilidad en el
desastre ambiental: “Todo apunta a que ellos fueron los responsables, los
peritajes que se han realizado arrojan que la responsabilidad del desastre del
río Cruces fue producto de la descarga de desechos tóxicos realizados en el
santuario por Celulosa Arauco”, asegura Ximena Rosales de Acción por los
Cisnes.
El fallo debiera marcar un
precedente cuyas sanciones aseguren que el desastre del río Cruces no se
replique en la bahía de Mehuín:
“La solución de Celulosa Arauco
es cambiar el lugar de contaminación, transportando los residuos industriales
líquidos (riles) de un lugar a otro; el ducto al mar no es la solución”, alerta
Rosales y luego advierte: “Viene el ducto al mar y la empresa aumenta su
tonelaje. Pienso que eso no es viable por eso es importante que se conozca la
verdad de lo ocurrido”, expresa.
“En otros países del mundo, nadie
está dispuesto a contaminar su ecosistema y se obliga a las empresas a contar
con piscinas privadas; en Alemania las empresas deben quemar todo lo que se
produce pero acá no se ve voluntad de tener otro tipo de manejo”, señala la
vocera de la agrupación ambientalista.
Fuente: Revista Marejada