"En cuanto pudimos
mover el auto, una de las camionetas comienza a seguirnos y, así,
inician nuevamente una veloz persecución a través del camino. Una
vez en la carretera, luego de varios minutos tratando de alcanzarnos,
el automóvil contratado por Agrosuper intenta interceptarnos
violentamente y de forma reiterada. Habiendo librado con éxito el
primero de sus intentos, para la segunda vez se atrevieron a chocar
sin objeciones nuestro auto tratando de sacarnos de la carretera.
Solo gracias a una rápida maniobra fue que el vehículo que
manejábamos no volcó en la curva en que los guardias nos abordaron.
La puerta del piloto quedó completamente abollada pero, por suerte,
ninguna de las dos activistas sufrió lesiones tras el accidente.
Para la tercera
intercepción – y sabiendo que peligraban nuestras vidas –
decidimos detenernos. Ambos hombres descendieron del auto y nos
apuntaron con armas gritándonos que bajáramos del vehículo. En el
entretanto se dio una alterada discusión donde nos instaban
violentamente a informarles del paradero del resto de nuestros
compañeros. Luego de varios minutos reteniéndonos en un
interrogatorio lleno de amenazas, por una de las radios se les
ordena: “Déjalas ir y adviérteles que nunca más vuelvan por
aquí”. El hombre repitió las palabras y ambas pudimos escapar."